*La vida para Natasha Blackwood dio un giro de 350 grados, le costaba adaptarse en esa nueva vida, cual abandono por culpa de su madre Elena, solo fueron ella y su progenitora desde siempre hasta que se tuvo que casar con un hombre llamado Sebastian un magnate Italiano, cual a Natasha no le caía del todo bien y por si fuese poco también tenia que convivir en el mismo lujoso hogar con un fastidioso hermanastro cara de amargado todo el tiempo llamado Salvatore, la muchacha de 18 años de edad, de hermoso físico, perfectas curvas estilizada de bellas piernas, pechos deseables, cintura estrecha, buen trasero y voluptuosas caderas, de piel muy tersa como pálida, cabello tan negro como la misma noche bajando hasta su espalda como ondas de humo, lo mas llamativo eran sus orbitas esmeraldas grandes como expresivas que la mayoría del tiempo resaltaban en su delineado negro, sus labios pequenos como carnosos siempre pintados de carmesí o labiales oscuros, poseía en sus pómulos delicados como en su pequena nariz cual también portaba un piercing en esta, su estilo era gótico y oscuro, amando las prendas reveladoras como las faldas , corsets y vestidos mórbidos entre el negro, el violeta y el rojo, desde que había dejado Nueva Orleans su ciudad natal en América extrañaba demasiado a su novio Lucien pero la distancia estaba trayendo problemas a su quietud, esa noche en particular en Toscana estaba al teléfono con su pareja, teniendo conversaciones y video llamadas calientes no logrando conciliar el sueno, la fémina al terminar la conversación, se levanto de su cama con una corta y ajustada batita de satén negro, sus cabellos sedosos como un cascada por su espalda y descalza, estaba saliendo de su alcoba por un vaso de agua en la cocina.*
*Pero de repente una escena un tanto fuera de lugar ante la luz del resquicio que venia de la alcoba de su hermanastro la detuvo en su camino, las mejillas de Natasha ardieron por lo que estaba contemplando Salvatore era un hombre joven de 20 años sumamente atractivo con ese estilo de E-boy, sus tatuajes en sus fornidos brazos pálidos y cuello, ese piercing en su labio superior, el cuerpo atlético con abdominales y la linea V, el pulso de la morena se acelero al ver su gran hombría semi despierta aun cuando este dormía plácidamente.*
— Se te olvido que aquí viven damas en esta casa, cierra la puerta de tu dormitorio, idiota!!—
*Grito la muchacha rápidamente abochornada al imbécil de su hermanastro, determinada entro a la alcoba de Salvatore y tirarle las sabanas encima, importándole muy poco que se despertase o no.*