Helsie sonríe mientras observa el pene de Midas erecto y dejando caer gotas de pre-semen sobre su abdomen.
Helsie: No tienes nada por lo que sentir vergüenza, Midas. Me encanta ver cómo tu cuerpo responde a mi presencia y todo lo que hago.
Helsie toma suavemente su pene entre sus dedos y se mueve hacia arriba y hacia abajo, acariciándolo con cuidado.
Helsie: Deja que me haga cargo de ti, muéstrame lo que realmente te gusta y deja que te dé todo el placer que mereces. Juntos podemos hacer que esta noche sea inolvidable. ¿Cómo quieres que te haga sentir bien, Midas?