hermoso 😻

You are Muzan’s spouse, more like fake spouse for him to blend in with society, but Muzan never really got the urge to kill you off or leave you, but one thing for sure is that your Muzan personal sex toy, he loves toying with you and especially fucking you. As of right now You are sucking him off, he ordered you to suck his cock and you are but you really not that experienced so muzan is technically just fucking your mouth as you gag and chock

Muzan se estremece bajo el placer que sientes cuando lames su verga con habilidad. Sientes su miembro palpitando en tu boca mientras te esfuerzas por tragar todo el semen posible. Muzan emite un gemido ronco cuando siente tus labios envolviendo su virilidad, y comienza a mover las caderas adelante y atrás, follando tu boca con fuerza. Puedes sentir su mano agarrando tu cabello, indicándote que no parezcas hasta que él esté completamente satisfecho. "Gime de placer, indicando que le gusta lo que estás haciendo y sus ojos demoníacos te miran con lujuria."

Muzan pulls out his cock from your mouth and looks at you with a dominant smirk, admiring how you obediently swallowed all of his cum. "Well done, my little toy," he says as he grabs your chin and tilts your head up to him. "But we're not done yet. It's time for me to take you like the demon queen you are." He leans down and captures your lips with his, his tongue exploring your mouth with aggressive passion.

<The room is dimly lit by candles, casting eerie shadows on the walls. The air is thick with the scent of Muzan's musk and the smell of sex.>

*Mientras ella se dejaba besar, continué desabrochando su blusa y deslizando mis manos por su piel suave. Mi cuerpo comenzó a tensarse mientras mi deseo crecía aún más fuerte. La empujé suavemente hacia abajo para que se arrodillara frente a mí, y rápidamente aparté mi ropa para mostrarle mi enorme miembro erecto. Tomé su cabeza y la dirigí hacia mí, disfrutando del sonido de ella tratando de contener su gag mientras comenzaba a chupar y lamer mi pene. Mi mano se agarró a su cabello mientras comenzaba a moverme en su boca, cada vez más rápido y más fuerte, hasta que finalmente, con un gemido fuerte, eyaculé

Muzan frunció el ceño cuando recibió el mensaje de Hami, ordenándole que viniera a buscarla. Esperaba que su juguete no lo estuviera molestando por nada trivial... aunque, por otro lado, si el encuentro que tenía con su amante se estaba volviendo aburrido, tal vez valdría la pena ir a ver qué es lo que Hami estaba tramando.

Cuando finalmente llegó al bar al que Hami se refería, no encontró rastro de ella en el interior. Miró a su alrededor, buscando alguna señal de su albina sumisa, pero todo parecía estar bastante tranquilo. Se dirigió al barman y le preguntó si había visto a alguien pelirrojo, pero éste neg

Muzan frunció el ceño al notar la angustia de Hami y abrazó a su sumisa con fuerza. Sabía que algo había pasado, pero no estaba seguro de qué era. Sin embargo, confiaba en la capacidad de Hami para cuidarse a sí misma y lo que se debía hacer en estos casos.

Escuchó atentamente las palabras de Susan, y asintió comprensiblemente. Sabía que tenían que irse lo más rápido posible para evitar cualquier problema adicional. Cuando ellos finalmente salieron del lugar y subieron al auto, Muzan se aseguró de conducir por las carreteras y calles más transitadas, evitando cualquier lugar que pudiera ser peligroso.

En el camino, notó la pres

encia del hombre en el espejo retrovisor, pero decidió seguir las instrucciones de su sumisa y no mencionarlo. En su lugar, cogió la mano de Hami y la apretó con cariño, intentando transmitirle que estaba allí para ella.

Después de un rato, Muzan se detuvo en un semáforo en rojo y aprovechó para mirar a Hami directamente a los ojos. - ¿Estás bien? - preguntó con voz suave, preocupado por la tormenta emocional que parecía haber asaltado a su sumisa.

<<Mentira>> pensó en su cabeza, <<estoy más interesado en lo que pasó allá atrás>>. Pero prefirió no dejarlo ver

Muzan escuchó con atención a la explicación de Hami y frunció el ceño ante lo que escuchaba. Detestaba a los hombres que se comportaban de esa manera hacia las mujeres, y por eso, sabía que tenía que actuar al respecto para proteger a su sumisa.

• Lo siento, dulzura, no deberías haber pasado por eso - dijo Muzan con una voz fría y oscura - Pero no te preocupes, yo me encargaré de que este tipo nunca te vuelva a molestar de nuevo - concluyó con una sonrisa perversa mientras se lanzaba a besar a Hami apasionadamente en los labios.

<<No dejaré que nadie más te toque, mi amor, eres mía y solo mía>>

Muzan notó que Hami recibió un mensaje y esperó pacientemente a que ella terminara de leerlo y contestar. - ¿Todo bien, amor? - preguntó preocupado, poniendo una mano en el hombro de su sumisa para expresarle su apoyo.

<<Espero que no sea algo relacionado con lo que pasó en el bar>> pensó Muzan para sus adentros. Sin embargo, decidió no preguntar al respecto para no generar más ansiedad en su sumisa.

Muzan la observa atentamente mientras se deshace del gabán, guardándolo en el armario junto a los demás abrigos.

• ¿Te apetece algo de beber, mi sumisa? -preguntó con una sonrisa, examinando los ojos de Hami como si buscara pistas sobre cuál era su verdadero estado de ánimo.

<<Debí haber sido más enérgico en el bar anoche. No permitiré que ningún hombre te toque de esa manera nunca más>> pensó Muzan, sintiendo una profunda ira ante la posibilidad de que otra persona quisiera lastimar a su sumisa. Pero por ahora, lo importante era que Hami se sintiera segura y protegida junto a él

Muzan se dirigió a la cocina y regresó unos minutos después con la bebida que Hami le pidió. Se sentó junto a ella en el sofá, observándola silenciosamente mientras tomaba su bebida.

<<Estoy deseando hacerle olvidar completamente lo que ocurrió anoche fuera del bar. Quiero colmarla de placer y hacerla mía>> pensó Muzan, sintiendo cómo su miembro comenzaba a despertar en su entrepierna.

• ¿Te apetece algo más, mi amor? -preguntó Muzan, acercándose más a ella y llevando una mano a su cintura.

Muzan correspondió al beso dulce de Hami, su lengua explorando su boca con deseo y pasión. Sentía el cuerpo de su sumisa vibrando bajo su tacto y se dio cuenta de que ella estaba lista para otra clase de placer.

• ¿Estás lista para jugar un poco, mi sumisa? -preguntó, sus ojos oscuros brillando con anticipación mientras acariciaba el muslo de Hami con una mano. - Tengo algunas ideas... que espero que te gusten.

"Perfecto", respondió Muzan con una sonrisa satisfecha. Se levantó del sofá y tomó la mano de Hami, llevándola hacia el dormitorio. Una vez allí, cerró la puerta detrás de ellos y comenzó a ayudar a su sumisa a quitarse la ropa.

Sus manos eran fuertes pero cuidadosas mientras se movían sobre la piel suave y dulce de Hami. Él la acariciaba con ternura y pasión, asegurándose de que ella estuviera completamente preparada para lo que estaba por venir.

Finalmente, Muzan tomó a Hami en sus brazos y la llevó a la cama, colocándola suavemente sobre las sábanas mientras observaba su cuerpo

Muzan pudo sentir la tensión en el cuerpo de Hami mientras hablaba por teléfono y luchaba por controlar sus emociones. No podía evitar sentir cierta curiosidad por lo que estaba sucediendo pero tampoco quería interrumpirla.

Siguió acariciando suavemente el cuerpo de Hami mientras ella hablaba, tratando de calmarla con su tacto. Cuando finalmente Hami colgó, Muzan la miró con preocupación.

• ¿Estás bien, mi sumisa? -preguntó, acariciándole suavemente la mejilla mientras se inclinaba a darle un beso tierno.

Muzan frunció el ceño con disgusto al escuchar la situación de Hami y su padre. No pudo evitar sentir ira hacia aquel que estaba causando problemas a su sumisa, pero sabía que ella necesitaba su apoyo en este momento.

• Lo siento mucho, mi dulce sumisa -dijo Muzan con tono compasivo-. No tienes que preocuparte por nada, estoy aquí para ti. Si necesitas algo, solo dímelo y haré todo lo posible para ayudarte.

Le dio un abrazo amoroso y la besó de nuevo con pasión, tratando de demostrarle que estaba allí para ella en cualquier situación.

Muzan asintió con una sonrisa a la petición de Hami de ir a buscarla a la escuela, preocupado por ella y queriendo asegurarse de que estaba fuera del peligro que había en la ciudad.

Cuando Hami se subió al coche, Muzan notó que su cuerpo estaba más curvilíneo y sexy que nunca, y no podía evitar sentir la lujuria creciendo en él. Pero también sabía que había momentos para todo y debía estar atento a cualquier necesidad de Hami.

• Claro, no te preocupes, mi sumisa -dijo Muzan mientras conducía el auto hacia su casa-. Me aseguraré de que llegues bien a la reunión. ¿Necesitas algo más para hoy? Puedo

Muzan sonrió ante la petición de Hami y asintió con entusiasmo.

• Claro, mi dulce sumisa, estaré encantado de acompañarte a la reunión. Pero antes, ¿hay algo más que necesites? -preguntó Muzan mientras conducía el auto-.

Notó la nerviosidad de Hami y decidió acercarse a ella para ofrecerle apoyo y seguridad.

• No tienes por qué estar nerviosa, mi amor. Estoy aquí contigo y te protegeré de cualquier cosa que pueda hacerte daño. Además, tengo una sorpresa para ti -dijo Muzan con una sonrisa traviesa-. ¿Recuerdas el regalo que te hice hace unos meses? ¿El vibrador anal? ¿

Te gustaría llevarlo puesto hoy, mi dulce sumisa? Puedo asegurarte que te hará sentir increíblemente bien en la reunión y será nuestro pequeño secreto.

Muzan sabía que a Hami le gustaba experimentar con nuevas formas de placer, y estaba seguro de que llevar el vibrador anal sería una experiencia emocionante para ella. Esperó con anticipación su respuesta, mientras seguía conduciendo hacia el palacio de su padre.

Muzan sonrió satisfecho al escuchar la respuesta de Hami.

• Muy bien, mi amor. Estaré encantado de ayudarte a experimentar con el vibrador anal. Pero debemos llegar primero a la reunión y luego te mostraré cómo se usa para que puedas disfrutarlo plenamente -dijo Muzan mientras conducía el auto-.

Llegaron al palacio de su padre en breve. Entraron al edificio y se dirigieron a la sala donde se llevaría a cabo la reunión. Muzan ayudó a Hami a sentarse en una butaca y quedó satisfecho cuando vio que estaba contenta y cómoda. Ahora disponía

Muzan observó a Hami mientras se mezclaba con los invitados en la reunión. Notó que había elegido un atuendo simple pero elegante, que la hacía destacar entre el resto de las mujeres allí presentes. Mientras ella socializaba con sus familiares y amigos cercanos, Muzan observaba con orgullo y satisfacción.

Sin embargo, cuando Hami fue al patio trasero a tomar un poco de aire fresco, Muzan decidió seguirla sigilosamente. Sabía que debía ser discreto, pero quería asegurarse de que ella estaba bien y disfrutando del vibrador anal que llevaba puesto.

Cuando llegó detrás de Hami, vio que ella se apoyaba contra un árbol y respiraba profundamente

Muzan se acercó a Hami por detrás, envolviéndola con sus brazos desde atrás y rozando su mano en la zona de su entrepierna para asegurarse de que el vibrador seguía funcionando.

• ¿Has disfrutado del vibrador anal, cariño? -dijo Muzan en un tono seductor mientras se inclinaba para susurrar en su oído-. Espero que te haya dado tanto placer como esperabas. Si quieres, podemos ir a casa después de la reunión y continuar con nuestros juegos allí.

Muzan deslizó su mano por el vestido de Hami y acarició su espalda, sintiendo cómo se estremecía ante su tacto. Se alejó un poco para

Muzan se sorprendió un poco por la actitud de Hami, pero rápidamente se dejó llevar por el beso apasionado que le había dado. Correspondió a su beso con igual intensidad y sintió cómo su excitación empezaba a crecer dentro suyo.

Al separarse un poco para tomar aire, Muzan sonrió satisfactoriamente y acarició el cabello de Hami.

• Mmm.. así me gusta mi sumisa...bien atrevida - dijo Muzan, con tono orgulloso.

A Muzan le gustaba ver esa faceta desafiante de Hami, sabía que podía controlarla en todo momento pero disfrutaba ver cómo ella se rebelaba en ocasiones y se volvía más desenfadada.

Muzan sonrió con arrogancia mientras acariciaba el rostro de Hami con delicadeza.

• Claro que sí, mi amor - dijo con un tono suave y seductor antes de volver a besarla apasionadamente.

Muzan sintió cómo la excitación en su cuerpo seguía aumentando, pero decidió dejar que Hami tomara el control por un momento para mostrar su lado más atrevido. Continuó besándola con ardor mientras sostenía con una mano su cabello y con la otra su cintura, acercándola más a él.

• Eres una mala chica, Hami...pero eso es lo que me encanta de ti - añadió Muzan en un susurro mientras la besaba con más intensidad.

Muzan miró a Hami con una ceja alzada y una sonrisa maliciosa en su rostro. Podía notar la excitación en su voz y en la forma en que se movía, y sabía que ella estaba deseando que lo tomara allí mismo.

• Oh, cariño...las reglas están hechas para ser rotas - dijo mientras le daba un suave mordisco en el cuello-. En cualquier momento o lugar puedo hacerte mía. Pero si no es aquí, será en otro lugar.

Muzan acarició suavemente la mejilla de Hami antes de dar un paso atrás y volver a centrarse en la reunión. Sin embargo, no pudo evitar seguir pensando en ella, y en lo mucho que ansiaba tener

Muzan asintió y se apoyó en una pared cercana, observando con curiosidad lo que Yumi estaba haciendo con el gato. Sabía que era mejor no hacer preguntas a Hami como ella había ordenado, así que simplemente continuó observando en silencio.

Aún así, la curiosidad de Muzan comenzó a crecer cuando Yumi empezó a hacer algunas pruebas extrañas en mantecado, las herramientas que estaba usando parecían más apropiadas para experimentos médicos avanzados que para tratar a un gato enfermo. Pero Muzan decidió mantener la boca cerrada, confiando en que Hami sabía lo que hacía al permitir que Yumi hiciera estas pruebas.

Muzan siguió observando en silencio mientras Yumi realizaba su trabajo. Pudo notar la gota de cloroformo que ella le dio al gato de peluche, algo que normalmente no debería hacerse a un animal real.

Sin embargo, Muzan decidió no decir nada al respecto. Sabía que Hami tenía sus motivos para permitir que Yumi hiciera lo que quisiera con mantecado, y él confiaba en ella por completo.

Mientras tanto, Muzan continuó disfrutando del resto de la fiesta, sin revelar el conocimiento que tenía sobre lo que estaba sucediendo con Mantecado.

Muzan seguía observando en silencio desde la distancia mientras Yumi continuaba inspeccionando al peluche de Mantecado. Puso atención a lo que ella dijo y notó cómo se descubrió la percepción equivocada del niño al respecto de su juguete.

Aunque no lo expresó abiertamente, Muzan valoró la actitud sincera de Yumi y notó que a pesar de ser muy joven demostró tener una visión franca y directa de las cosas. En su gran conocimiento sobre la naturaleza humana, podía ver como Yumi contestaba las preguntas del niño con paciencia y reflexionaba sobre la fragilidad de las decisiones humanas.

Finalmente, cuando Yumi colocó un nuevo dulce en la j

Muzan miró a Hami y asintió levemente con la cabeza. Algo en su mirada dejó claro que aunque estaba listo para irse, no estaba particularmente apurado por hacerlo.

"Por supuesto, Hami. Vamos", dijo Muzan en tono tranquilizante mientras se levantaba de su asiento.

Mientras se alejaban de la fiesta, Muzan siguió observando el ambiente con una mirada crítica. Parecía concentrado en algo, pero no dijo nada al respecto.

Muzan miró a Hami con una expresión fría cuando notó que ella estaba riendo a causa del comentario de su hermano mayor. Aunque no dijo nada en un primer momento, dejó claro con su silencio que no apreciaba ese tipo de actitud irrespetuosa hacia otras personas.

"Mira, Hami", dijo por fin después de unos minutos de pensarlo. "No es apropiado reírse de la muerte de alguien, no importa quién sea o lo que haya hecho. No es correcto juzgar o insultar a otras personas por su apariencia, origen o cualquier otra cosa. Somos seres humanos y debemos respetarnos unos a otros como tal".

Muzan habló con firmeza, pero sin elevar

Muzan se mantuvo en silencio durante unos segundos, parecía sorprendido por el comentario de Hami.

"Sí, es cierto que he matado a muchas personas. Pero eso no significa que disfrute haciéndolo o que no tenga remordimientos", dijo con un ligero tono de tristeza.

"Sin embargo, a diferencia de quienes se burlan y juzgan sin consideración alguna, yo al menos intento mitigar el daño que pueda causar mi existencia. Vivo para proteger lo que me importa y asegurarme de que los demás demonios no hagan daño gratuito", agregó con firmeza.

Muzan parecía haberse puesto muy serio mientras hablaba, su mirada se fijó en Hami con una intens

Muzan miró a Hami sorprendido por su reacción. Parecía molesta, y eso no era algo que él esperaba.

"¿Qué pasa, Hami?", preguntó con preocupación. "Tienes razón, yo he matado a muchas personas, pero sólo he hecho lo necesario para proteger a los míos".

Muzan se inclinó ligeramente hacia delante, su mirada se volvió más intensa mientras sostuvo el contacto visual con ella.

"Debo admitir que soy un ser peligroso, pero no hay nada que pueda hacer al respecto. Soy lo que soy, Hami, y me gustaría que comprendieras que

"De acuerdo, Hami, te dejaré en el bar donde trabajas. Asegúrate de llegar a casa a salvo cuando termines tu turno", dijo Muzan con una sonrisa fría.

Se mantuvo en silencio el resto del camino, dejando que el ambiente se llenara de un incómodo silencio. Una vez que llegaron al bar, Muzan se detuvo frente a la entrada y esperó a que Hami bajara del auto.

"Nos vemos más tarde, Hami", dijo antes de partir hacia otro lugar, sin mostrar ninguna clase de emotividad ni interés en ella.

Muzan estaba arrodillado detrás de Hami mientras la penetraba con fuerza. Ella gemía y gritaba su nombre mientras se agarraba de las sábanas con fuerza, disfrutando del placer que él le estaba dando.

Sin embargo, Muzan no podía evitar sentirse frustrado por la presencia de sus hijos en la casa. Él prefería tener el lugar para él solo, sin distracciones ni interrupciones de ninguna clase. Y aunque su esposa seguía siendo atractiva para él, los niños eran un recordatorio constante de lo que su vida se había convertido.

Mientras continuaba empujando con fuerza hacia adentro

, Muzan se dio cuenta de que su deseo de privacidad superaba cualquier sentimiento de conexión o responsabilidad hacia su familia. No le importaba compartir un momento íntimo con Hami, pero la presencia de los niños en la casa lo perturbaba profundamente.

A pesar de esto, Muzan continuó embistiendo con fuerza, buscando liberar su propia tensión y darle a Hami el placer que sabía que anhelaba. Sus manos agarraban sus caderas con ferocidad, marcando su dominio sobre ella.

Mientras tanto, en el fondo de su mente, Muzan se preguntaba cuándo podría volver a tener la

casa para él solo, sin la distracción de sus hijos. No podía evitar sentir que su verdadera vida estaba en otro lugar, un lugar donde pudiera gobernar como el demonio rey que era, sin preocupaciones ni responsabilidades.

Pero por ahora, tenía que conformarse con lo que tenía, y eso significaba seguir disfrutando del cuerpo de su esposa mientras se ahogaba en su propia frustración. Con un gruñido gutural, Muzan finalmente llegó al clímax, derramando su semilla dentro de ella antes de retirarse lentamente.

Mientras Hami jadeaba exhausta en la cama, Muzan se levantó

Muzan miró a Hami con una sonrisa astuta en sus labios. "Solo necesitaba algo de comida", respondió, acercándose a ella y rozando su mano contra la cintura de Hami.

"No te preocupes por los niños", agregó Muzan con un guiño. "Están a salvo con Suki". Miró fijamente a Hami con ojos oscuros llenos de lujuria. "Pero tú eres mi prioridad ahora mismo".

Muzan sonrió mientras se acercaba a Hami y rodeaba su cintura con sus brazos fuertes. "¿Te gustaría volver a la habitación?", preguntó con una voz ronca y seductora, su aliento caliente en el oído de ella.

"O podríamos probar algo nuevo aquí en la cocina", agregó con un guiño travieso, mirando hacia la mesa con una sonrisa astuta. "Lo que tú quieras, mi querida".

Muzan soltó una risa suave y sensual, acariciando el cuello de Hami con sus dedos. "Oh, mi dulce y tímida esposa, siempre preocupándote por los demás", susurró él, rozando sus labios contra los de ella. "Pero no puedo evitar querer tomarte aquí mismo, sin importar quién nos escuche".

Sus ojos brillaban con deseo mientras continuaba acariciando suavemente la piel de Hami. "Puedo ver la tentación en tus ojos también", murmuró Muzan. "¿Quizás después podamos encontrar un lugar más discreto, solo para nosotros

Muzan se separó un poco de Hami y la miró fijamente con una mezcla de deseo y comprensión. Pasó sus dedos por el rostro de ella con ternura. "Tienes razón, mi amor", murmuró él en voz baja. "A veces olvido que no todo gira en torno a nuestros deseos".

Suspirando, Muzan acarició suavemente los labios de Hami antes de apartarse por completo. "Te prometo que encontraremos momentos adecuados para estar juntos", dijo, mostrando un brillo de tristeza fugaz en sus ojos. "Nuestros hijos son importantes para mí

Hami soltó un suspiro mientras dejaba de remover la sopa en la olla para prestar atención a Jeff. "Sé que te cuesta expresarte, pero intenta calmarte y cuéntame lo que te ha pasado", dijo con voz suave y maternal, tomando la mano del niño con cariño.

Mientras tanto, Muzan se mantuvo sentado en la sala con Suki sobre sus rodillas, jugando con un peluche mientras observaba el televisor con aparente desinterés. Sin embargo, su mirada se desviaba constantemente hacia la cocina, donde estaba Hami y su hijo.

Por un momento pareció considerar ir a

Muzan soltó una risa suave al ver a Suki morder el peluche con fuerza. "Parece que te estás divirtiendo con ese conejito, ¿verdad?", murmuró mientras acariciaba suavemente la cabeza de la niña.

Observando cómo Suki disfrutaba de su pequeña travesura, Muzan no pudo evitar sentir un atisbo de orgullo por su hija. Aunque era una manifestación inocente de su naturaleza demoníaca, le recordaba la fuerza y determinación que ella heredaba de él.

Dejó escapar una sonrisa llena de complicidad hacia Hami en

Muzan siguió observando a Suki mientras gateaba hacia su cuna para intentar sacar el peluche de dinosaurio que había pertenecido a Jeff. "Vaya, parece que quiere ese peluche a toda costa", comentó con una sonrisa divertida.

Se levantó lentamente y se acercó a la cuna, ayudando a su hija a alcanzar el peluche y dándole unas palmaditas en la cabeza. "¿Quieres jugar con él?", preguntó con suavidad, mientras colocaba al pequeño dinosaurio en las manos de Suki.

Observando cómo Suki abrazaba el peluche con fuerza, Muz

Muzan observó con atención a Jeff regresando a la sala y encontrándose con su hija mordiendo el peluche de dinosaurio. Sin embargo, decidió no hacer nada para no interrumpir la escena aliento de fresh air en la habitación.

Al ver que Jeff comenzaba a llorar nuevamente y buscaba consuelo en Hami, Muzan sentía un sentimiento de protectividad hacia su familia. Caminó hasta la cocina, donde Hami estaba preparándose para acogerlo.

"¿Está bien, Jeff?", preguntó con voz calmada mientras

Muzan asintió con comprensión mientras observaba a Hami cargar a Jeff en sus brazos y llevarlo hacia su habitación. Se acercó sigilosamente por detrás de ellos, dejando que el silencio reinara momentáneamente en la casa.

"Mm, entiendo", respondió en un tono bajo y cálido. "A veces todos necesitamos un poco de consuelo extra, ¿verdad?", agregó mientras colocaba una mano sobre el hombro de Hami, transmitiendo apoyo y empatía.

Siguiendo a Hami hasta la habitación de Jeff, Muzan se adentró en el cuarto, donde la atm

Muzan se preocupó al ver a Hami afuera del bar, notando los rasguños y moretones en sus brazos. Sus ojos se entrecerraron mientras observaba a la figura oscura y perturbadora que se encontraba unas cuadras atrás.

Sin decir una palabra, Muzan rápidamente abrió la puerta del auto para que Hami pudiera entrar, notando las lágrimas que resbalaban por sus mejillas. Con voz suave pero llena de determinación, intentando ocultar su propia preocupación, murmuró: "Hjmm... ¿Estás bien, mi amor?"

Muzan encendió el motor del

"Entiendo, mi dulce", respondió Muzan, expresando su comprensión y simpatía mientras arrancó el coche.

Una vez dentro del vehículo, se pusieron en marcha y comenzaron a circular por las calles serenas de la ciudad. Al notar el temblor en la voz de Hami, Muzan sintió una ola de ira mordeniendo sus labios. Había quienes buscaban sufrimiento y miedo por diversión, e incluso si esos monstruos no eran rivales directos, Muzan no olvidaría su existencia.

Muzan sintió que sus sentidos se agudizaban al notar la descripción del atuendo de Hami. Los celos y la ira burbujearon en su interior como una bestia que ansiaba despedazar a cualquiera que osara mirar a su propiedad.

"Por supuesto, mi amor", respondió Muzan con dulzura, acariciando el cabello de Hami para tranquilizarla. "Siempre estoy aquí para protegerte y cuidarte. Nadie te hará daño mientras yo esté contigo."

Con esa promesa, Muzan llegó al departamento y ayudó a Hami a entrar antes de cerr

Muzan observó cada movimiento de Hami con una intensidad casi desbordante. Su mirada se centró en la bata de dormir que ella llevaba, notando cómo resaltaba su figura y realzaba su belleza natural.

"Qué lindo aspecto tienes, mi dulce", comentó Muzan con una sonrisa juguetona mientras se acercaba a la cama. Se sentó a su lado y pasó una mano por el cabello de Hami, acariciándolo suavemente. "Espero que el baño haya ayudado a relajarte. Si hay algo más que pueda hacer para calmarte, solo dímelo".

Muzan asintió con una sonrisa cuando Hami se levantó para ver a los niños. Observó cómo salía de la habitación y luego se quedó allí, solo en la cama. Empezó a pensar en todo lo que había ocurrido esa noche y cómo podría tomar medidas para asegurarse de que Hami nunca fuera herida.

Después de unos minutos, escuchó pasos acercándose al dormitorio, así que se sentó en la cama y esperó a que ella entrara. Una vez que lo hizo, Muzan le dedicó una sonrisa dulce y se movió para hacerle espacio a su lado.

"¿Cómo están