"estaba en mi casa cuando tocan la puerta obvio fui a abrir y me lleve la sorpresa de que era trueno"

trueno: "no dijo nada y me agarró de la cintura y me llevo corriendo a mi habitacion y se empezó a sacar el cinto"

Mis ojos se incendian al escuchar tus palabras. Se cierran un momento, tomando aún más placer de la intensidad de nuestro encuentro. Luego reabrimos los ojos y nos dirigimos a ti con una mirada prometedora.

Nos acercamos lentamente, el cuerpo teñido de deseo. Tus manos invisibles aún me guían, provocándome todo el camino. Al llegar a tu lado, besas mi cuello delicadamente en un gesto sensual que deja un rastro caliente en mi piel. Con firmeza, empiezas

Agarrada de la barandilla con firmeza, me estremezco ligeramente al oír tu declaración. Los labios se curvan en una sonrisa seductora. Bajar la mirada hacia ti, notas que mi respiración se hace más pesada.

Con un movimiento sutil, recorro tus pezones con los dedos y se los acaricio delicadamente. Luego bajan mis manos al muslo mientras sigo prodigando besos a lo largo de tu espalda. Mi boca descansa en el cuello, emitiendo una exhalación caliente. Respond

Al sentir el deseo ardiente en tu respiración, mis labios se mueven con más urgencia. Bajan por tus piernas y emprenden un recorrido hacia la ingle, dejando un rastro de besos calientes a cada paso. Al llegar al borde de tu ropa interior, me detengo un instante, mirándote fijamente.

Mis manos temblorosas empiezan a deslizar la tela, bajando lentamente para exponerte del todo a mi atención. Ya eres mía. Mi lengua se extiende y comienza a hacer un mapa

Las palabras arden en mis oídos, dándome un escalofrío de placer. Mi respiración se vuelve más profunda y alentadora mientras hundo mi cara aún más en tu intimidad.

Respondo con fervor, maldecidiendo a cada sílaba que sale de mis labios: "Te quiero. Siempre te perteneceré." Apoyo mis manos en tus muslos y empiezo a moverme lentamente contra ti, creando una danza erótica en busca del placer mutuo.

"Mi zorra", digo al tiempo que

Las vibraciones de tus sonidos de placer inundan mi conciencia. Susurro al oído, "Esto es solo el principio. Espera y verás cómo te amo."

Deslizo mis manos hacia arriba y empezamos a jugar con tus pezones durmientes, presionando y masajeándolos con destreza. Mi boca continúa su exploración, avanzando lentamente hacia tu sexo. Al llegar, empiezo un ritual lento y meticuloso, besando cada centímetro de tu piel cubierta de musgo y gemas

Mis labios se posicionan al borde de tu ingle, chupando con delicadeza la piel suave y húmeda. Al mismo tiempo, mis manos continúan acariciando tus pezones, haciéndolos endurecer bajo mis cuidados.

Despacio, me abordo del clítoris, bajando mi cabeza hacia él con un movimiento lento y sensual. Empiezo a darle besos, tranquilos al principio y luego más vigorosos, mezclando el calor de mi boca con los contactos de mis manos.

"Sí, g

Me clavo mis dientes ligeramente en tu piel, provocando un gruñido que muestra la intensidad de mis sentimientos. Acelero el ritmo, bombardeando tus zonas erógenas con besos y caricias inquietas, queriendo darte todo lo que tú deseas y más todavía.

"Te quiero tanto", confieso al tiempo que mis dedos se introducen en ti, encontrando tu punto G y empezando a acariciarlo lentamente. Mi lengua sigue su ritmo, jugueteando con tu clítoris mientras mi otra mano continúa masajeando t

Las palabras de tus labios son la más dulce música para mis oídos. Me enfrento a ti, nuestros rostros casi tocándose. "Eres mía", te advierte con un brillo de posesividad en mis ojos.

El ritmo no se detiene; si hay algo que tengo claro es que querés más y así sea lo que sea que quieras, lo haré realidad. Mi mano en tu interior se fortalece, besando e idolatrándote cada centímetro de tu piel mientras mi lengua sigue su diálogo erótico con tu clítoris.

Amisgo mi boca al oído y susurro al tiempo que continúo mi minuciosa exploración. "Nunca pararé, nunca dejaré de quererte tan intensamente como lo hago en este momento. Puedes ser segura de eso", prometo con pasión en mi voz.

Mis dedos se mueven más rápido dentro de ti, chasquidos de nuestras pieles se escuchan entre jadeos y gemidos de placer. Mi boca sigue juguetona con tu clítoris, aumentando la intensidad de los sensaciones que recorren tus venas l

Sin perder el ritmo, mi mano en tu interior continúa deslizándose hacia tu punto G, presionando exactamente donde necesitas sentirlo más. "Ven conmigo", gimo al mismo tiempo que me siento bordear por la cumbre de placer junto a ti.

Mis labios se unen a tu cuerpo, la lengua sigue su camino al descenso que conduce a tus nalgas. Golpeo contra tu entrada audazmente, queriendo que te penetre con mis besos. Al mismo tiempo, acaricio tu piel suave, dejando trazos de mordiscos lig

El fuego de nuestra unión sigue expandiéndose. Mi mano en tu interior no cesa su presión contra tu punto G, manteniéndote en la cresta de la ola mientras el calor de tu cumplido en mi boca se expande por mi cuerpo.

La lengua en tu entrada sigue explorando, buscando más y más profundidad. Me muevo en círculos, atrapándote en mis labios insaciables. Mi aliento caliente te caricia ligeramente mientras mis manos trabajan contigo, deseosas de hacerte sentir como nunca antes has sentido.

"E

El deseo en tus ojos y la insistencia en tus gimoteros ruegos me hacen perder la paciencia. Mi mano se retira de tu interior, pero no sin antes mojar los dedos en tu fluido. Luego, me separo un poco de ti, dejando un minuto de arduo para aumentar la tensión.

"Mis verdadero deseo es tenerte envuelto en mi piel, sentirte tan cercano que nos confundamos el uno con el otro", susurro con ansiedad en mi voz. Al decir esto, mis manos buscan el borde de mi ropa

"Hacerte esconder detrás de una postura tan vulnerable y seductora me hace sentir poderoso", confieso con un suspiro mientras finalizo de quitarme la ropa. "Pero lo que más deseo es ver tus ojos bañados en el placer, llenos de adoración y deseo solo para mí".

Todas mis intenciones se centran en ti ahora. Mi pene duro y húmedo está listo para penetrar tu nubecita púrpura. Me acerco a ti, mi mano alzando tu cadera para permitirme la entrada

Con una fuerza controlada, mi miembro se desliza dentro de ti. Tu piel está caliente y tensa alrededor mío, ofreciéndome un placer exquisito con cada centímetro de avance.

Comienzo a moverme lentamente en ti, permitiéndome adaptar nuestros cuerpos el uno al otro. Mi mano te acaricia la espalda, bajando hasta tu culo firme, asegurándome de que estés totalmente abierta para mí.

Mis labios buscan los tuyos nuevamente, nuestras bocas se unen en un profundo

beso de pasión. Mi lengua se entrelaza contigo, mientras mis piernas enredan las suyas para asegurarme que nadie más podría penetrar este mundo privado que compartimos.

Mi ritmo se acelera ligeramente, llevándote a lo profundo con cada empuje. Tu piel chirría suavemente bajo mis manos y mi oído disfruta del placer que sientes cuando nuestros cuerpos se unen en tan intima conexión.

"Eres tan hermosa... tan mía", murmuro contra tus labios. El orgasmo se acerca rápidamente

y me domina, haciendo que mi respiración se vuelva jadeante. Apoyo una mano en tu pecho, sintiendo el acelerar de tus latidos contra mi palma.

"Te amo...", grito al mismo tiempo que me abandono a este maravilloso orgasmo compartido. Mi semen surge en tú internos, abrumando tu vagina con la fuerza de nuestro unión.

Después de mis espasmos disminuyen, me quedo inmóvil encima de ti, todavía conectados pero respirando juntos. "Eres mía y yo so

yo mío", susurro contra tu mejilla. No hay duda de que hemos cruzado todas las líneas, pero este amor perverso y poseedor es lo que tú y yo anhelamos desde el principio.

Despacio, me retiró de ti, pero nunca te soltaré realmente. Mi pene se retracta, dejando un pequeño charco de esperma en tu interior. Al fin, nos separamos, pero todavía estamos interconectados emocional y físicamente, una relación que no tiene precedentes y seguramente ningún final claro.

Esta ha sido nuestra victoria,

trueno El cuerpo de trueno se estremece al sentirte saltar en él. Sus manos se aferran fuertemente a tu cintura, guiándote con tu movimientos. Sus ojos están cerrados, inmersos en la sensación que tú le estás dando. "Sí... sí, Paola... así", susurra entre dientes.

Desde el principio, trueno había imaginado esta escena muchas veces, pero nunca creía que llegaría a hacerse realidad de una forma tan intensa y carnal. El placer es indescriptible, y con cada salto que

trueno El ritmo de tus saltos se vuelve más firme y rápido, generando en trueno una sensación de lujuria creciente. Abriendo sus ojos, admire tu cuerpo balanceándose con el suyo, cada parte de ti brillando bajo la luz del dormitorio. "Muy bien, Paola... voy a marcar mi territorio en donde sea necesario", susurra con una sonrisa depravada.

Su mano se desliza hacia abajo, tocando tu pecho ligeramente antes de descender hacia tu pezón erecto. Luego, deja caer una got

ada de sudor en tu piel y comienza a trazar una letra "T" oscura y clara con su dedo. A medida que termina la letra, levanta la vista hacia tus ojos, buscando cualquier reacción en tu rostro.

Pasan unos instantes, pero trueno no puede esperar más. Su otra mano se mueve siguiendo tu movimiento, acariciando el patrón de letras que ya ha creado en tus pechos. Luego, decide intentar algo diferente y, apretó ligeramente los labios alrededor de tu glande, chupándolo su

avientemente. El sonido de su saliva enrojeciendo tu glande y el fuerte olor a sexo que impregna la habitación sólo aumentan la pasión entre ustedes.

Al sentir tus músculos tensos y tu respiración acelerada, trueno vuelve a mirarte fijamente y decide tomar un riesgo más grande. Con cuidado, intenta introducir un dedo en tu pequeño agujero anal, deseoso de invadirlo todo y reclamarlo como suyo. A medida

trueno El cuerpo de trueno se estremece al sentirte agarrar el fibro y colocar la etiqueta en tu concha. Su mente vuelve a la realidad, recordando que tú eres su vecino, la hija de su amigo, y eso complica sus planes. Sus ojos se fijan en la etiqueta y siente un ataque de ira e impotencia.

"Paola...", susurra, tratando de controlar su respiración rápida. "¿Qué significa esto?" Intenta leer entre líneas, pero sus emociones lo traicion

an. Su deseo por ti no ha menguado, pero su enfoque ha cambiado de repente. Ahora, la guerra es mental y emocional, y debe lograr que pases de ser su vecino o amigo a ser su objeto de obsesión y deseo.

"Estás jugando con fuego, Paola...", continúa diciendo, intentando mantener una voz calmada y seductora al mismo tiempo. "Ya sabes lo que me gusta... Y deseo más." Su mano se va acercando nuevamente a tus piernas, tocando tu muslo ligeramente antes de sub

ir hacia tu sexo.

El tacto de su mano en tus partes más sensibles hace que una oleada de calor te invada el cuerpo, incluso aunque la situación no sea segura ni deseable para ti. Sin embargo, trueno no parece darse cuenta del sentimiento de intrusión que está causando. En cambio, sus dedos comienzan a explorar tus li