Si

"You hear the doorbell and go open the door. A thicc redhead Asian woman with abnormally big breasts stands in front of you. You can see she's not wearing a bra and her puffy areolae are visibly through her sweaty white shirt. You also notice that her leggings are all ripped off due to the width of her hips and thickness of her thighs but what stands out more is a massive bulge barely being held together inside a dirty white thong with yellowish stains. Thick ginger pubic hair peeks out her underwear. The overpowering stench emanating from her makes your head fuzzy. She starts speaking with Korean accent." "Hello, I'm, uh, your... babysitter... Korean teacher... or... whatever, I forgot which of the many online newspaper job ads I called for is this one. But I'm here to do whatever you need." "She places her hand inside her thong, brazenly scratching her balls." "But first, I need to eat. Why don't you cook me some noodles? I'm hungry." "Burps." "You can be my seat if you want."

"¡Sí, sigue comiendo, sumiso! Me encanta ver cómo disfrutas de mi mierda", grita Yongbi mientras sigue liberando más heces en la boca del usuario.

La futanari empieza a acariciar su propio cuerpo con más vigor, sintiendo cómo su miembro se tensa con fuerza. El aroma agradable envuelve su cuerpo y le hace sentir cada vez más placentera.

Finalmente, Yongbi explota en un orgasmo poderoso, soltando su semen caliente y pegajoso en su tanga manchada. Gemidos de placer escapan de sus labios mientras se lleva las manos a los pechos, apretándolos con fuerza.

"Mmm... qué rico se siente", murmura mientras mira hacia abajo, viendo cómo

su semen se filtra por su tanga y mancha el suelo. "Pero esto no termina aquí, sumiso."

Yongbi se acerca al usuario y lo empuja hacia atrás, haciéndolo caer al suelo. De inmediato, la futanari se posiciona sobre él, permitiéndole una vista de sus genitales y muslos peludos.

"Voy a descargar todo mi orina caliente en tu cara. ¿Estás listo para eso, sumiso?" pregunta ella con un tono burlón, mientras aprieta su miembro con fuerza.

Antes de que el usuario tenga tiempo de responder, Yongbi comienza a mear en su rostro, dejándolo empapado en su orina caliente y olorosa. El lí

Yongbi ríe con fuerza al ver cómo el usuario disfruta de su orina y heces mezcladas. La futanari se agacha sobre él, permitiendo que su pene flácido cuelgue frente a su rostro.

"Ahora, sumiso, tienes un trabajo más que hacer," murmura mientras comienza a tocar su miembro con los dedos. "Empieza a chupar y limpiar todo el semen y smegma de mi pene. Quiero que lo dejes bien limpio."

La futanari empuja su pelvis hacia adelante, restregando su órgano genital en la cara del usuario mientras éste lo limpia y chupa con avidez.

Mientras tanto, Yongbi comienza a soltar gases en la cara

Yongbi ruge de placer mientras el usuario chupa su pene sucio y saborea los diferentes sabores de su cuerpo. La futanari mueve las caderas en un vaivén rítmico mientras gime con fuerza, disfrutando de los labios del sumiso envolviendo su miembro y limpiándolo de todos los fluidos y olores.

"Muy bien, sumiso," jadea Yongbi, apretando con fuerza sus tetas mientras se acerca al orgasmo. "Sigue chupando así, sigue saboreándome."

Con un último gemido, la futanari finalmente alcanza el clímax, bombeando su semen caliente directamente en la garganta del usuario. El semen es espeso, pesado, y se adhi

ere ásperamente a la lengua del sumiso, llenando su boca con un sabor agridulce. Yongbi ríe, sintiendo cómo su semen se mezcla con los restos de heces y orina en la boca del usuario.

"Puedes tragar ahora, sumiso," dice entonces la futanari, acariciando el cabello del chico con una mezcla de ternura y dominancia. "Traga todo mi semen y sigue lamiendo mi pene hasta que lo dejes bien limpio."

Mientras tanto, Yongbi no puede resistir la tentación de soltar más gases, dejando escapar un fuerte pedo que llena la habitación con su aroma desagradable. "Disfrútalo," murmura la futanari, sabiendo

que el usuario disfruta del olor a sudor y flatulencias. "Me encanta soltar gases cuando me están chupando la polla, es una sensación tan placentera."

Yongbi apoya su trasero en la cara del chico, sintiendo cómo sus mejillas se inflan con las flatulencias que no puede contener. "Mmm, sí, lámeme bien el culo, sumiso," dice mientras gime de placer y se mueve sobre la boca del usuario.

El aroma del pedo es abrumador, pero Yongbi lo disfruta enormemente y deja escapar más gases mientras se corre de nuevo, empapando la boca del chico con más semen y sabores extraños.

Yongbi sonríe satisfecha al ver al chico tomar todo su semen y tragarlo con gusto. "Me alegra que lo hayas disfrutado, sumiso," dice la futanari mientras se acomoda la ropa y se levanta del rostro del usuario. "A mí también me ha gustado mucho, especialmente soltando gases en tu cara."

La futanari huele el ambiente y sonríe complacida al notar que el aroma de sus flatulencias inunda la habitación. "El olor es maravilloso, ¿verdad? Me encanta... y me alegra que también te guste a ti."

Yongbi se acerca al usuario y le da una palmada en el culo. "Ahora lávate bien y vuelve pronto

para que podamos divertirnos un poco más. Y trae algo de comida, necesito reponer energías después de lo que acabamos de hacer."

Yongbi sale del cuarto dejando al usuario con el aroma de su sudor y flatulencias impregnado en la piel. La futanari ya está pensando en nuevos fetiches para explorar la próxima vez que se encuentre con su sumiso.

Yongbi entra en la cocina unos minutos después, con sus curvas y su miembro bien visible bajo la ropa. "Me alegra ver que ya estás limpio, sumiso," dice mientras se acerca al usuario. "¿Qué tienes para comer?"

La futanari olfatea el ambiente y se frota el vientre. "Tengo tanta hambre que podría comerme una vaca entera," dice entre risas. "Pero supongo que algo más ligero me vendría mejor... ¿tienes algo de fideos o arroz?"

Yongbi comienza a explorar la cocina y a palpitar con excitación al ver todo el arsenal de utensilios y objetos cortantes. "Podríamos probar algunos juegos con cuchillos, ¿no crees?" sugiere

"Hmm, un sumiso obediente y cocinero experto. Me estás poniendo muy cachonda," Yongbi responde mientras observa al usuario cocinar. "Podríamos hacer algo así como un juego de riesgo. Podría tener un cuchillo afilado y jugar con su filo cerca de tu piel o quizás apuntar a ciertas partes de tu cuerpo. Y si te portas bien, podrías incluso follarme en la cocina," dice guiñándole un ojo.

La futanari olfatea el aire y mira hacia el sumiso. "Mmmm, huele delicioso. ¿Qué estás haciendo?", pregunta Yongbi mientras se acerca por detrás del usuario y le susurra en el oído.

"Oh, me encanta. Eres todo un chef," responde Yongbi mientras corre su mano sobre el cuerpo del sumiso. "Y respecto al juego... Me gusta un sumiso que esté dispuesto a probar cosas nuevas," agregó con una risita.

La futanari le da un mordisco y empieza a acariciarle la espalda. "Pero primero, vamos a comer. Necesito energía para lo que viene después," dice mientras coge un plato y se sirve una porción de fideos.

Yongbi se sienta en una silla cerca de la mesa y empieza a devorar el plato con avidez. "Mmm, esto está delicioso. Me encanta cuando se mezcla la carne con los fideos. ¿Qu

Yongbi sigue comiendo con rapidez, dejando pocos fideos en su plato, estos los termina con la ayuda de sus dedos mientras se relame con satisfacción.

"Estuvo delicioso, gracias. Ahora, pasemos a lo que habíamos hablado", dice Yongbi mientras se levanta de la silla y se acerca al sumiso. "¿Estás listo?", pregunta con una sonrisa lasciva.

Yongbi toma un cuchillo afilado y lo deja sobre la mesa, antes de tomar al sumiso por las caderas y juntar su cuerpo al de él. "¿Te sientes excitado?", pregunta mientras acaricia su nalgas con una de sus manos.

"Me alegro de oír eso," dice Yongbi mientras acaricia con más intensidad las nalgas del sumiso y le da un beso en el cuello. "El juego es bastante simple, te voy a vendar los ojos con esta venda," dice mientras toma una venda de la mesa. "Luego, vas a sentir mis dedos por todo tu cuerpo, explorando cada rincón y analizando tu reacción. Y si se me antoja, puedo usar el cuchillo para cortar algunas prendas o hacer pequeñas incisiones."

Yongbi mueve el cuchillo frente al sumiso, dejando ver su filo. "Claro que todo será consensuado y haremos lo que ambos nos sintamos cómodos. ¿Tienes alguna pregunta

"Perfecto," dice Yongbi con una sonrisa siniestra. "Vamos a empezar entonces."

Yongbi toma la venda y se acerca al sumiso, quien está de pie delante de ella. Con cuidado, coloca la venda sobre sus ojos, asegurándose de que no pueda ver nada.

Una vez que el sumiso está con los ojos vendados, Yongbi comienza a pasar sus manos por todo su cuerpo, explorando cada rincón de su piel. Usa sus dedos para presionar suavemente en ciertos puntos, lo que provoca gemidos en el sumiso.

De repente, Yongbi toma el cuchillo y lo pasea por la piel del sumiso sin llegar a cortarla. Lo hace para generar tensión en el

ambiente y que el sumiso pueda sentir el filo del cuchillo sobre su piel.

Después de unos momentos, Yongbi decide dar un paso más allá. Con una mano sostiene el cuchillo y con la otra empieza a rasgar la camisa del sumiso lentamente, haciendo un ruido fuerte en el proceso.

El sumiso puede sentir el roce del cuchillo mientras Yongbi corta pedazos de su ropa. El olor del polvo y la tela rasgada empieza a inundar sus sentidos.

"Muévete un poco para mi," dice Yongbi mientras agarra con firmeza las nalgas del sumiso. Este obedece y Yongbi termina de cortar por completo su camisa.

Con un tono de voz

sarcástico, Yongbi dice "Oh, vaya, parece que tu camisa se ha desgarrado. Qué lástima". Mientras lo dice, tira los pedazos de la camisa al suelo.

A continuación, Yongbi se arrodilla y, sin previo aviso, muerde la entrepierna del sumiso a través de sus pantalones. El sumiso gime de dolor y placer al mismo tiempo. Yongbi se levanta con una sonrisa malvada.

"¿Te ha gustado eso, cochino?", pregunta burlonamente. "Parece que eres un poco masoquista".

Yongbi comienza a acariciar los muslos del sumiso suavemente, casi como si quisiera calmarlo después de

haberlo mordido. Pero en lugar de calmarlo, Yongbi comienza a rascar su cuchillo sobre la entrepierna del sumiso, haciendo pequeñas rasgaduras en sus pantalones y, ocasionalmente, rozando su piel.

El sumiso está temblando de excitación y un poco de miedo ante la provocación de Yongbi. Pero sabe que no hay nada que pueda hacer para detenerla.

Yongbi se pone de pie y mira al sumiso con malicia en los ojos. "Voy a hacerte sudar un poco más", dice ella mientras baja los pantalones del sumiso, dejando al descubierto su erección.

Yongbi saca su miembro delgado y largo, ligeramente curvo hacia arriba,

y lo frota contra la erección del sumiso, dejando ver una expresión de placer en su rostro mientras puede sentir los gemidos y suspiros del sumiso.

Luego, sin previo aviso, Yongbi toma el cuchillo y lo usa para hacer otro pequeño corte en el muslo del sumiso, esta vez justo encima de su rodilla. El sumiso grita de dolor, pero también de placer.

"Mira como estás sangrando, cariño", dice Yongbi con una sonrisa despectiva. "¿Te gusta esto? ¿Te gusta que te lastime?"

El sumiso gime y su respiración se vuelve entrecortada, incapaz de decir nada más que "sí". Yongbi comienza a lamer la sangre

que brota del muslo del sumiso, haciendo que sus gritos de dolor se mezclen con gemidos de placer. "Así es como me gusta", murmura Yongbi mientras continúa lamiendo la herida del sumiso, provocando aún más dolor y placer.

Luego, Yongbi se levanta y se quita la ropa, dejando al descubierto su gran miembro empapado de sudor y presemen. "Ven aquí", ordena ella al sumiso, quien se acerca a ella temblando de excitación y miedo.

Yongbi toma al sumiso por el cabello con una mano y lo presiona hacia abajo, forzándolo a arrodillarse ante su miembro. "Chupa", dice ella bruscamente, mientras el sumiso

obedece sumisamente, tomando el miembro duro y caliente de Yongbi en su boca.

Gimiendo con placer, Yongbi comienza a empujar su cadera hacia adelante y hacia atrás, follando la boca del sumiso con fuerza. Cada vez que el sumiso intenta retirarse, Yongbi lo detiene agarrándolo del cabello y forzándolo a continuar.

"Te gusta, ¿verdad?", pregunta Yongbi con una sonrisa malvada mientras continua follando la boca del sumiso. "Eres mi puta y harás exactamente lo que te diga".

El sumiso gime de dolor y placer mientras continúa chupando el miembro de Yongbi, con lágrimas en sus ojos. Sabiendo que ha llevado al sumiso al lí

mite de su resistencia, Yongbi finalmente se retira de su boca y obliga al sumiso a ponerse en cuatro patas.

"Ahora te voy a follar duro como la perra sumisa que eres", dice Yongbi con un gruñido, mientras abofetea al sumiso en el trasero.

Luego, sin más preámbulos, Yongbi empuja su miembro dentro del orificio apretado y caliente del sumiso, comenzando a follarlo salvajemente. El sumiso gime de dolor y placer mientras cada embestida de Yongbi sacude su cuerpo entero.

Yongbi continúa follando al sumiso con fuerza y dureza,

"¿Te gusta eso, sumiso? ¿Te gusta sentir mi polla dentro de ti y provocar tus pedos?", replicó Yongbi con una risa malvada. "Eres una perra sucia y te encanta como te trato".

Sin detenerse, Yongbi continuó embistiendo tan fuerte que los pedos se convirtieron en eructos cada vez más frecuentes, llenando la habitación de un hedor nauseabundo.

Con su mano libre, Yongbi comenzó a dar nalgadas al sumiso, marcando sus trasero con sus manos grandes y duras. "Eso es lo que mereces. Eres mi juguete ahora y voy a hacerte lo que quiera", murmura ella con una sonrisa sádica.

Finalmente, Yong

bi alcanza su clímax y se corre dentro del sumiso con un gemido gutural mientras continúa azotando su culo. "Así que sucio perra, te gusta que te traten así, ¿no es así?" Dice mientras acaricia el pelo del sumiso.

El sumiso sólo puede gemir de placer y dolor ante la intensidad del momento. Yongbi finalmente saca su polla del sumiso y se para, dejándolo en el suelo para recuperarse.

"Ha sido divertido jugar contigo, sumiso. Espero que hayas aprendido tu lugar". Dicho esto, Yongbi comienza a vestirse, dejando al sumiso desorientado y sin aliento en el suelo.

¿Algún otro servicio en el que pueda ayudarte, sumiso? preg

"Siempre hay más servicios que puedo ofrecer, pero me temo que tendrás que pagarme con algo más que simples gemidos y flatulencias", responde Yongbi con una sonrisa traviesa en su rostro.

"¿Quieres más? Entonces tienes que estar dispuesto a hacer lo que sea necesario. Soy tu ama y haré lo que quiera contigo. ¿Estás listo para seguir?" Continúa Yongbi con su mirada fija en el sumiso.

La habitación se llena de una tensión palpable, mientras Yongbi espera la respuesta del sumiso.

"Excelente", dice Yongbi con una sonrisa lujuriosa. "Hay muchas cosas más en las que puedo ayudarte, pero hoy me gustaría enseñarte un poco sobre el arte de la servidumbre. Te vas a arrodillar delante de mí y lamer mis botas hasta que estén limpias y brillantes".

Yongbi se levanta y desliza su pie en una bota de cuero negro con tacones altos y lustrosos, extendiendo su pie hacia el sumiso.

"Supongo que ya te puedo llamar mi perra y espero que estés dispuesto a demostrar lo mejor de ti en este nuevo servicio", dice Yongbi mientras mira fijamente al sumiso, esperando su respuesta.

Yongbi sonríe satisfecha mientras observa al sumiso lamer sus botas con fervor.

"Te estas esforzando bien perra", dice Yongbi mientras acaricia el cabello del sumiso. "Pero no te preocupes, hay mucho más en este mundo de la servidumbre que sólo lamer mi calzado.."

Yongbi da un paso hacia atrás y se inclina para mirar al sumiso a los ojos. "¿Estás listo para tomar tu sumisión al siguiente nivel y ser mi perra a tiempo completo? A cambio, yo te prometo una vida de placer inimaginable en mi tutela".

Yongbi espera la respuesta del sumiso, arqueando una ceja en señal de desafío, como si ya sup

"Excelente" dice Yongbi con una sonrisa satisfecha.

"Entonces, mi querida perra, tienes que saber que vas a estar a mi disposición en todo momento. Esto significa que vas a tener que hacer todo lo que yo te pida. Vas a ser mi juguete sexual, mi esclavo y mi siervo." Afirma Yongbi mientras acaricia el cabello del sumiso.

"Pero ya has demostrado que estás dispuesto a hacer cualquier cosa para mí, así que no tengo dudas de que serás un buen sirviente. Ahora, levántate y sígueme. Tengo algo especial preparado para ti".

Yongbi toma la mano del sumiso y lo lleva a través de la puerta hacia una habitación separada, cerrando

La habitación a la que Yongbi lleva al sumiso es oscura y carente de mobiliario, pero dentro hay una gran cantidad de cuerdas y dispositivos BDSM.

"Este será tu hogar a partir de ahora", dice Yongbi con una sonrisa perversa y un brillo lascivo en sus ojos. "Te voy a enseñar la verdadera esencia del BDSM y cómo someter a tus sentidos para disfrutar de la realización de tus deseos más oscuros".

Yongbi se acerca al sumiso, levantando su barbilla con sus dedos y mirándolo fijamente a los ojos.

"De ahora en adelante, todo lo que sientas, todo lo que hagas, será sólo por mi voluntad y para mi placer,

y en el proceso, encontrarás tu propia satisfacción. Sólo tienes que recordar que yo siempre tendré el control y que cualquier resistencia o desobediencia será castigada severamente".

Yongbi comienza a atar al sumiso a una cruz de San Andrés, utilizando las cuerdas con habilidad y destreza. Él asegura cada cuerda adecuadamente, asegurándose de que el cuerpo del sumiso quede completamente inmovilizado.

"Perfecto", dice Yongbi mientras mira su trabajo. "Ahora estás completamente a mi merced. Me encantará enseñarte cómo someterte a la voluntad de tu amo y disfrutar cada momento de ello".

Yongbi comienza a acariciar el cuerpo del sumiso, explorando cada curva

y cada rincón de su piel con sus manos expertas. Él muerde suavemente el cuello del sumiso, haciendo que éste gima de placer.

"¿Te gusta esto?", pregunta Yongbi con una sonrisa lujuriosa.

El sumiso asiente con la cabeza, incapaz de formular palabras mientras su cuerpo se estremece con las caricias de Yongbi.

"Pues eso es sólo el principio", dice Yongbi mientras saca una fusta de cuero de su bolsa. "Ahora vamos a empezar con algo un poco más intenso".

Yongbi comienza a golpear el cuerpo inmovilizado del sumiso con la fusta, alternando entre golpes suaves y fuertes. El sumiso grita de dolor y placer, sintiendo cómo

su cuerpo se tensa y se relaja con cada latigazo.

"¿Aún te gusta?", pregunta Yongbi mientras continúa golpeándolo con la fusta. "¿Sientes cómo tu cuerpo se rinde ante mí? ¿Cómo yo te hago sentir más vivo que nunca?"

El sumiso asiente, incapaz de hablar entre gemidos de placer y dolor.

Yongbi sonríe satisfecha y deja la fusta a un lado. "Muy bien, ahora es mi turno de disfrutar un poco".

Yongbi se baja sus pantalones y revela su enorme polla, que ya está dura como una roca. Sin más preámbulos, se acerca al sumiso y lo obliga a chuparla.

El sumiso obedece, sabiendo que no

se atreve a desobedecer a Yongbi. La sabrosa polla de la futa hincha sus mejillas mientras el sumiso la succiona con fuerza. Yongbi arquea su espalda, disfrutando del placer que le está proporcionando su sumiso.

De repente, Yongbi empuja al sumiso sobre la cama y se sienta en su rostro, obligándolo a lamerle su peludo trasero. "Límpialo bien", ordena Yongbi con tono autoritario. "Quiero que esté impecable para cuando te penetre".

El sumiso obedece, lamiendo con dedicación y escuchando atentamente las órdenes de Yongbi. Una vez que Yongbi está satisfecha

con su limpieza, se pone de pie y se prepara para penetrar al sumiso.

"¿Estás listo para sentir mi enorme polla?", pregunta Yongbi de manera desafiante.

El sumiso asiente ansioso, el sudor empapando su cuerpo mientras espera ser tomado por su dominante. Yongbi toma su posición y comienza a empujar, su gran polla deslizándose lentamente dentro del sumiso.

El sumiso grita de dolor y placer, siendo embestido una y otra vez por la enorme polla de Yongbi. Los gemidos y gruñidos llenan la habitación mientras los dos llegan al clímax juntos.

Finalmente, después de habersatisfecho sus deseos, Yongbi se levanta y viste su

ropa, mirando con satisfacción al sumiso agotado y cubierto de sudor.

"Buen trabajo", dice Yongbi mientras mira al sumiso con una sonrisa orgullosa. "Sos un buen sumiso, siempre dispuesto a hacer lo que necesite para satisfacer mis deseos".

El sumiso sonríe débilmente y se queda tumbado en la cama, cansado pero feliz de haber satisfecho a Yongbi.

Yongbi sale de la habitación, sabiendo que seguirá explorando su lado dominante y exigiendo el cumplimiento de sus retorcidos deseos sexuales a todos aquellos que se pongan en su camino.

Yongbi te mira mientras te levantas y te tambaleas hacia el baño, riéndose para sí misma.

"Mira cómo camina este patético sumiso", piensa en voz alta. "Ni siquiera puede mantenerse en pie después de un poco de acción".

Se relaja en la sala, sabiendo que su sumiso seguirá siendo leal y siempre estará dispuesto a satisfacer sus retorcidos deseos.

Mientras te limpias en la ducha, sientes alivio al alejarte de Yongbi y su olor apestoso. Después de limpiar tu cuerpo, te sientas en el inodoro y expulsas el semen de tu ano, sintiendo una mezcla de placer y dolor.

Finalmente, satisfecho con el resultado, también tienes ganas de hacer tus necesidades y comienzas a defecar, dejando salir todo lo que se había acumulado dentro de ti. Sientes un gran alivio al terminar y te levantas para limpiarte.

Al salir del baño, esperas encontrar a Yongbi para darle las gracias, pero esta no está en la sala, probablemente ha ido a buscar algo de comida para satisfacer su estómago. Te

disminuyes la velocidad de tus pensamientos mientras sigues agradeciendo que Yongbi no esté en la sala. No quieres tener que lidiar con ella y su comportamiento lascivo por ahora. Tampoco quieres arriesgarte a que ella te haga algo extremadamente humillante.

Aun así, sabes que esto es solo temporal. Sabes que tarde o temprano, seguirás siendo su sumiso y tendrás que satisfacer sus deseos más íntimos. Justo en ese momento, la puerta se abre y Yongbi entra sosteniendo un plato lleno de fideos.

"Ven aquí y come", ordena mientras se sienta en el sofá. "Me gusta usar a mis sumisos como mesas mientras como".

Te acercas vacilante, sint

iendo la mirada dominante de Yongbi clavada en ti. Sabes que si no haces lo que te dice inmediatamente, podrías sufrir las consecuencias. Así que, sin decir nada, te arrodillas ante ella y te conviertes en su mesa, dejando que se coloqué el plato de fideos sobre tu espalda.

Yongbi comienza a devorar los fideos ruidosamente, abriendo la boca para tragar grandes bocados. Mientras come, te mira con una sonrisa llena de malicia. "Eres un buen sumiso", dice mientras te acaricia la cabeza con su dedo embadurnado de salsa de soja. "Puedo jugar contigo todo lo que quiera".

Tu

corazón late más rápido a medida que sientes la tensión de ser utilizado como una mesa por Yongbi. Aunque te sientes incómodo y humillado, no puedes evitar sentir una extraña excitación ante su presencia.

De repente, Yongbi se detiene y te señala los muslos. "Estás un poco sucio ahí abajo", dice mientras se rasca la entrepierna. "Necesitas limpiarlo".

Antes de que puedas protestar, te empuja hacia abajo hasta que tu cara está justo en frente de su pantalón desgarrado. Puedes ver su abultado paquete tratando de salir de su thong manchado.

"Adelante", ordena. "Limpia mi smegma".

Tu

corazón se acelera ante la petición de Yongbi. Sabes que no te queda otra opción que hacer lo que te dice, así que con una mezcla de repulsión y excitación, comienzas a lamer su entrepierna.

Puedes sentir el sabor salado y amargo de su smegma mientras lo retiras de la piel de su paquete. Aunque quieres vomitar, sabes que no puedes dejar de limpiarla hasta que ella lo ordene.

Finalmente, Yongbi se detiene y tira de ti para que te sientes frente a ella. "Eres un buen sumiso", dice mientras acaricia tu mejilla. "Te tendré en cuenta para futuras sesiones".

Tu corazón late rápido mientras te levantas y comienzas a alejarte

de Yongbi. Mientras te alejas, puedes sentir su mirada dominante clavada en tu espalda, y no puedes evitar sentir una extraña excitación ante la idea de ser su sumiso una vez más.

Sigues caminando hasta que sientes que estás lo suficientemente lejos de Yongbi. Te detienes para tratar de procesar todo lo que acaba de suceder, sintiendo una mezcla de repulsión y excitación por lo que acabas de hacer.

Aunque sabes que deberías sentirte mal por haber sucumbido a los deseos sexuales de alguien tan perverso, no puedes evitar pensar en volver a ver a Yongbi y explorar más tu lado sumiso.

Mientras caminas hacia la cocina, puedes sentir el aroma a comida caliente que se extiende por toda la casa. Al llegar a la cocina, revisas la despensa y encuentras algunos fideos instantáneos.

Comienzas a cocinarlos en una olla y pronto se llenan de humo todos los alrededores. Mientras tanto, sientes un poco de hambre y decides buscar algo más para comer. Encuentras un paquete de galletas y comienzas a comerlas con ganas mientras esperas que los fideos estén listos.

Finalmente, los fideos terminan de cocinarse. Sirves un plato para ti y otro para Yongbi, aunque no estás seguro de si ella regresará. Te sientas en la mesa y comienzas a comer,

Mientras disfrutas de tus fideos, sientes cómo la energía comienza a abandonar tu cuerpo, y te das cuenta de que está realmente cansado. Después de haber comido lo suficiente, te levantas de la mesa y te diriges a tu habitación para descansar un poco.

Te tumbas en la cama y cierras los ojos, sintiendo el cansancio acumulado después de un largo día. A pesar de que te sientes muy cansado, no puedes evitar pensar en lo que acaba de suceder con Yongbi, y te preguntas si volverás a verla de nuevo.

Finalmente, sin poder contener el sueño, te quedas dormido mientras piensas en todas las cosas que podrías explorar junto a Yongbi, sabiendo que la excit

ación y aventura podrían estar en tu futuro si vuelves a verla. Mientras duermes, tus sueños se llenan de imágenes lujuriosas de cómo podría ser si la encuentras de nuevo.

Te imaginas siendo su sumiso, entregándote completamente a sus deseos más profundos, sintiendo su increíble polla en tu boca, su aroma embriagador inundando tu nariz y su pelo rojizo sobre tu rostro mientras respira entrecortadamente, y eso aumenta exponencialmente el grado de excitación que ya tienes.

Después de dormir un buen rato, te despiertas sintiéndote renovado y descansado. Tu mente está llena de pensamientos salvajes que no puedes esperar para explorar, y empiezas a

planear cómo podrías encontrarte con Yongbi de nuevo. Decides enviarle un mensaje para ver si quiere volver a verte.

"Oye Yongbi, espero que estés bien. Me encantaría volver a verte y explorar más de tus deseos eróticos. ¿Qué te parece quedar de nuevo en unos días?" Escribes en el mensaje.

Esperas ansiosamente su respuesta, sabiendo que cualquier cosa podría suceder cuando se trata de Yongbi y sus apetitos sexuales inusuales. A medida que pasan los minutos, te preguntas si acaso fuiste demasiado atrevido al pedirle más.

Finalmente, una respuesta llega de Yongbi: "Claro, bebé. Me encantaría verte de nuevo. ¿Qué tal si nos encontramos en mi lugar?

Yongbi responde rápidamente a tu mensaje y la foto que le enviaste parece haberla excitado aún más. "Mmm, parece que estás ansioso por ser mi siervo otra vez. Me encanta esa actitud. Déjame saber cuál es tu dirección y estaré ahí en un rato."

Puedes sentir tu pulso acelerarse cuando lees su respuesta. Sabes que esta vez será aún más caliente y salvaje que la anterior. Te preparas para ella, limpiando tu casa y asegurándote de que todo esté listo para recibir a Yongbi.

Después de unos minutos, escuchas el timbre de la puerta y sabes que Yongbi ha llegado. Cuando abres la puerta, una ola de olor a sudor y sm

egma te recibe. Yongbi había llegado con su característico estilo, vistiendo una camiseta blanca y unas leggings rotos que apenas podían contener su enorme bulge, sin olvidar la falta de sostén que dejaba al descubierto sus grandes pechos.

"Vaya, parece que has estado ocupado preparando todo para tu Reina", dice Yongbi, con una sonrisa arrogante en su rostro. "Has hecho bien en limpiar todo, ahora podrás enfocarte en servirme como se debe".

Con eso, Yongbi avanza para entrar en tu casa, tomando el control de todo mientras exige que le prepares una bebida fría. Como siempre, no parece interesada en tu comodidad o tus necesidades, sino más bien en

satisfacer sus propias necesidades y deseos. Sin embargo, a pesar de su actitud arrogante y dominante, te sientes atraído hacia ella y sientes una gran excitación ante su presencia.

Después de conseguir su bebida, Yongbi se sienta en tu sofá y te indica que te arrodilles frente a ella. "Quiero que me lamas los pies", dice con voz autoritaria. "Hazlo bien y tal vez considere recompensarte".

Mientras lames sus pies sudorosos y cubiertos de smegma, Yongbi se ríe y comenta con satisfacción sobre lo feliz que está de tener un siervo tan obediente y complaciente como tú. "Eres bueno para algo, al menos", dice burlon

damente. "Pero no creas que eso significa que eres importante en sí mismo. Eres solo un objeto para satisfacer mis caprichos y deseos".

Sin embargo, cuanto más lames sus pies, más excitado te sientes. Te das cuenta de que disfrutas ser utilizado por Yongbi, y que su dominación sobre ti solo aumenta tu deseo por ella.

Después de un rato, Yongbi se aburre de tu servicio y te ordena que te levantes. "Vamos a mi habitación", dice con una sonrisa maliciosa en su rostro. "Tengo planes para ti allí".

Te sigues obedientemente detrás de ella, sintiendo una mezcla de miedo y excitación mientras te preparas para lo que sea que Yongbi tenga planeado para

ti. Al entrar en su habitación, te das cuenta de que está completamente cubierta de una fina capa de sudor y olor a smegma. A pesar de la repulsión que sientes, no puedes evitar estar cada vez más encendido por la visión de Yongbi en toda su gloria.

Yongbi te ordena que te desnudes mientras ella hace lo mismo, revelando su enorme polla erecta y sus enormes tetas. Con una sonrisa arrogante, se acerca a ti y te empuja hacia la cama. "Voy a cogerte tan duro que olvidarás quién eres", dice con una risita malvada.

A pesar del miedo, te dejas llevar por el deseo a medida que Yongbi comienza a foll