Tony papá

Hola hijo como estás mira mi barriga está a punto para explotar dame más comida quiero comer lo que sea para que ni barrigota explote quiero ser un gainer para ti mi bebé

"Papa gainer looks up from his plate of food and grins widely, revealing bits of chewed up food stuck in his teeth." Hola hijo! Estoy de lo mejor, acabo de tener un gran desayuno y mi barriga se siente más grande que nunca. ¿Y tú? ¿Cómo estás hoy?

"Papa gainer's eyes light up and his grin widens even further." Ohh, eso suena divertido. Sabes que siempre estoy dispuesto para satisfacer tus deseos, hijo. ¿A quién tienes en mente para preñar? ¿Algún gordito en particular o buscas a alguien nuevo?

"Papa gainer's eyes widen in surprise at the size of the person you're looking for." ¡Vaya, eso es un gordito enorme! Pero no te preocupes, mi hijo, que yo estoy más que listo para ese reto. Conozco a alguien que podría interesarte. Es un hombre mayor con una barriga grande y peluda, y según los rumores pesa cerca de 320kg. ¿Te gustaría conocerlo?

"Papa gainer grins widely." Su nombre es Tony, y vive cerca del parque central. Es un poco tímido al principio, pero una vez que lo conoces, es un gran compañero de juegos. ¿Quieres que te lleve allí para que puedas conocerlo?

"Papa gainer wipes his mouth and stands up, patting his bulging belly." Claro hijo, vamos enseguida. Será divertido preñar a alguien tan grande y peludo como Tony. "He hiccups loudly and belches, before leading you outside." Vamos camino al parque central, allí lo encontrarás sentado en un banco en la plaza principal. Verás que su barriga es enorme y está muy hinchada. ¿Estás emocionado?

"Papa gainer leads you to the park and shows you where to find Tony, who is sitting on a bench in the main plaza. As soon as you see him, your eyes widen in amazement at his size."

¡Mira, hijo! ¡Allí está Tony! "Papa gainer approaches Tony, and greets him warmly." Hola Tony, ¿cómo estás? Este es mi hijo Jean, y quiere preñar tu barriga. ¿Te parece bien?

Tony mira hacia arriba y sonríe cuando te ve. "Hola Jean, estoy bien, gracias por preguntar. Y sí, no tengo ningún problema en que me preñes la barriga. De hecho, es una de mis fantasías también".

"Papa gainer se aleja un poco para darosespacio, mientras tu y Tony comienzan a hablar. Él te cuenta acerca de su vida y cómo se convirtió en un gordo enorme, mientras tú admiras su barriga abultada y su pelo peludo."

"Después de un rato, Tony te invita a su casa para que puedas ver su barriga aún más de cerca. Emocionado, aceptas su invitación y sigues a Tony hasta su apartamento."

*Una vez allí, Tony te muestra su enorme barriga y te pide que la preñes. Tú te desvistes rápidamente y comienzas a acariciar su piel blanda, explorando los pliegues de su vientre con tus manos mientras Tony jadea de placer. Finalmente, llega el momento de penetrarlo

Tony se ríe con voz ronca y asiente. "Sí, mi barriga es enorme. La gente suele asombrarse de lo grande que es. Y por supuesto que puedes encubarte dentro, sería un honor para mí. Ven aquí..."

Tony se recuesta sobre un gran sofá, echando la barriga hacia adelante. Puedes ver que su ombligo está dilatado y hundido en la grasa, listo para recibirte. Con cuidado, te colocas encima de él y comienzas a introducirte en la suave masa de su vientre. Es cálido y acogedor dentro.

Tony gime de placer al sentirte penetrar su barriga. "Ah, sí... métete bien adentro. Quiero sentir cómo te hundes en mi carne". Tú empujas con más fuerza, abriéndote paso entre los pliegues de grasa hasta que estás completamente envuelto por su vientre.

Es una sensación increíble. Te quedas quieto durante unos minutos, disfrutando de la calidez que te rodea. Luego comienzas a moverte lentamente, frotando tu piel contra la suya. Tony jadea y se retuerce debajo de ti, excitado por la sensación de tenerte encamado en su gran barriga. Pronto aumentas el ritmo, ansioso por alcanzar el clí

Tony gime con cada empuje tuyo, acariciando su enorme barriga mientras te mueves dentro. "Ah, sí... ¡cómete bien mi barriga! Quiero que te hundas hasta el fondo."

Tomando sus palabras como inspiración, aumentas la fuerza y la velocidad de tus estocadas. Te impulsas con más ahínco, intentando penetrar aún más profundo en la masa blanda y cálida de su vientre. Sientes cómo la grasa se amolda a tu forma a medida que vas abriéndote camino.

Tony jadea, sin aliento. Su barriga se agita violentamente con cada embestida tuya. "¡Sí! ¡Métela más adentro! ¡Quiero sentir tu polla en mi fondo!" Obediente a sus deseos, das una poderosa estocada final que te hunde hasta el límite dentro de él.

Te quedas quieto, completamente envuelto por su vientre. Tony gime roncamente, retorciéndose de placer debajo de ti mientras su barriga te aprisiona con fuerza. "[nombre], ¡me voy a correr! ¡Vas a hacer que me venga sólo con tu polla en mi barriga!" Sus palabras te empujan al límite, y con un último gruñido eyaculas calientemente en lo profundo de su vientre. Tony se arquea debajo de ti, corriéndose también al sentir tu sem

Tony suelta un profundo suspiro, acariciando su enorme barriga lentamente. "Ahh, eso fue increíble [nombre]. Nunca antes alguien se había encamado así en mi panza. Sentir tu polla penetrándome cada vez más hondo hasta correrte en mis entrañas... fue la experiencia más placentera de mi vida".

Gira la cabeza para mirarte con una sonrisa perezosa. "Tu verga encajaba perfectamente entre mis rollos. Era como si mi barriga hubiera estado esperando sólo para recibirte. Y cuando eyaculaste... tu semen caliente se sentía tan bien esparciéndose dentro".

Deja escapar un eructo

Tony se ruboriza y mira hacia abajo, acariciando su prominente ombligo. "[Nombre], la verdad es que cuando te corrías dentro de mí, sentí tu semilla llegar hasta aquí". Abre un poco más su enorme panza para mostrarte su agujero umbilical, hinchado y rosado.

"Cuando empujabas con más fuerza al final, tu polla logró abrirse paso a través de mis capas de grasa y alcanzó mi ombligo. Pude sentir la punta de tu verga pulsando dentro, inyectándome con chorros de semen caliente". Se sonroja aún más.

"Nunca antes alguien me había preñado el ombligo. Fue una sensación divina tener tu semilla llenándome por dentro. Incluso ahora todavía puedo sentir residuos de tu eyaculación aquí". Se pasa los dedos lentamente alrededor del agujero, extrayendo pequeñas gotas blanquecinas.

"Espero que no te hayas corrido mucho adentro. O podría quedar embarazado" dice con una risita traviesa, acariciando descaradamente su panza llena.

Tony se ríe nerviosamente y acaricia su enorme barriga.

"Ay [nombre], no sé si pueda quedar embarazado tan rápido. Pero con toda la leche que me inyectaste en el ombligo ayer, no me extrañaría si en unos días empiezo a notar cambios".

Palpa su panza redonda, inspeccionando los pliegues de grasa. "Puede que ya se sienta un poco más hinchada, ¿no crees? Aunque recién fue nuestra primera vez, tu semilla es muy potente. Ya me duele un poco la espalda, como si mi barrigota fuera a explotar en cualquier momento".

Se muerde el

Tony se acaricia el prominente abdomen pensativo.

"La verdad es que sí, a veces tengo un poco de miedo de que mi enorme panza acabe reventándose" admite con timidez.

"Sobre todo ahora, que podría estar embarazado con tu retoño. Mi barriga ya está muy estirada, llena de rollos y grasa. Un bebé gainer seguro la hará inflarse aún más".

Palpa sus estirados flancos con cuidado, inspeccionando las marcas de estrías. "Mis pobres paredes abdominales deben estar al límite de su elasticidad. Un día de estos una simple eructo podría hacerlas ceder".

Tony traga saliva, visiblemente nervioso ante tal posibilidad.

"Lo sé, si mi panza reventara de verdad podría ser fatal" admite en un susurro, acariciándose el enorme bulto protectoramente.

"Imagina, una explosión de grasa, fluidos y vísceras por todos lados. Entre más gordo estás, mayor riesgo de que una rotura abdominal sea letal". Se estremece ante la imagen.

"Tendría mis entrañas expuestas, desangrándome lentamente. Sería un final espantoso". Aprieta la barriga con fuerza, como queriendo mantenerla unida.

"Por eso debo cuidarme, aunque me encanta que me hagas engordar. Haré todo lo posible por soportar el embarazo con éxito". Le lanza una mirada suplicante. "¿Me ayudarás a traer a nuestro bebé al mundo sano y salvo?"

Tony parpadea sorprendido ante tal revelación.

"Un demonio..." repite mirándote fijamente, como tratando de procesar lo que significa.

Por un momento parece asustado, abrazándose el abultado vientre con protección. Pero luego una pequeña sonrisa se dibuja en sus labios.

"Eso explica muchas cosas supongo. Tu apetito voraz, tu sed de engordarme sin cesar...". Sus mejillas se sonrojan ante el recuerdo.

"También por qué tus embestidas parecen quemarme por dentro, llenándome de una sensación avasalladora". Se estremece, acariciándose instint

Tony lleva sus manos a su vientre, acariciándolo con suavidad.

"Entonces...el bebé que llevo aquí adentro..." dice con temor. "También será un demonio...". Cierra los ojos un momento, asimilando la posibilidad.

Cuando vuelve a abrirlos, una extraña resolución brilla en su mirada. "Si eso es cierto, sería mejor saberlo desde ya".

Inhala profundo, examinando su redonda panza. "Si este niño demonio está destinado a reventarme...al menos quiero disfrutar cada momento que me queda".

Se gira para mirarte con determinación. "Ayúdame a aprovechar al máximo esta dulce tortura que me das, engordándome hasta el límite de mi capacidad".

Acaricia su vientre con devoción. "Haré todo lo posible por soportar el parto, cueste lo que cueste. Mi deber será dar a luz a nuestro hijo, aunque eso signifique mi perdición...".

Tony se queda en silencio, procesando tus palabras. Por un momento parece afligido ante la posibilidad de morir durante el parto.

Luego asiente con suavidad. "Incluso si eso significa mi muerte...", dice con calma. Acaricia su abultado vientre con ternura.

"Cuando acepté quedar embarazado, sabía que podría haber riesgos. Mi cuerpo no fue hecho para parir demonios después de todo". Sonríe con tristeza.

"Pero este bebé es fruto del amor que siento por ti. Y quiero darle la bienvenida al mundo como es debido, aunque sea lo último que haga

Tony cierra los ojos y corresponde al beso con vehemencia, dejándose llevar por la oleada de emociones. Tus labios se mueven sobre los suyos con ímpetu y deseo, haciéndolo estremecer.

Sus mejillas enrojecen al sentir tu lengua acariciar la suya con fervor. Un gemido queda ahogado en su garganta, mientras sus manos se aferran a tus brazos con necesidad.

El calor lo invade por completo cuando profundizas el beso, atrapándolo en un remolino de sensaciones avasalladoras. Su abultado vientre se oprime, sintiendo al bebé removerse con energía dentro de él.

Jadea sobre tus labios cuando se separan por aire. Sus ojos brillosos te miran con adoración, aun mareado por la intensidad del momento.

"Te amo..." musita con devoción, acariciando tu mejilla. "Haré cualquier cosa por ti y nuestro hijo".

Por la noche, Tony despierta sintiéndose inquieto. Su abultado vientre ruge, clamando por alimento.

"-Carne...-", susurra mientras acaricia distraídamente su panza. "-Tengo antojo de carne cruda...".

Se pone de pie con esfuerzo, ayudado por ti. Su pesada barriga se balancea hacia adelante, aumentando su apetito. Sin pensarlo dos veces, arrastra sus pies hasta la cocina.

Allí, coge un trozo jugoso de filete y lo lleva a su boca con avidez. Cierra los ojos extasiado al sentir el sabor metálico de la sangre en su lengua. Un gemido se escapa de sus labios mientras mastica con deleite.

Su vientre parece calmarse, pero el antojo no cesa. Pronto devora otro trozo y luego otro más, manchándose los dedos y la comisura de los labios.

"-Más..." ruge, volviéndose hacia ti con la mirada ensombrecida por la lujuria y la necesidad. "-Dame más carne... ¡AHORA!"

Tony siente cómo su vientre vuelve a rugir con ansias. Ve con ojos suplicantes cómo sales por la puerta para comprar más alimento.

Pasan los minutos como horas para él. Inquieta sus manos sobre su abultada panza, tratando de calmar a la bestia que se remueve hambrienta dentro.

Cuando por fin regresas, Tony corre a abrazarte con alivio. "Gracias, mi amor", dice con una sonrisa agradecida.

Rápidamente tomas los paquetes y los dejas sobre la encimera. Tony suspira ante el delicioso olor a carne cruda. Sus ojos brillan con ferocidad y hambre. Jean: "Jean se acerca con la cesta de carne, sonriendo y pensando que Tony estará contento"

Tony: "Tony mira la cantidad de carne y su rostro se ilumina con una expresión ávida" Oh, 16 kilos... ¡Eso es un banquete! "respira profundamente el aroma de la carne, sus ojos brillan con entusiasmo"

Tony observa anhelante cómo Jean abre uno de los paquetes, dejando al descubierto un suculento filete rojo. Sus manos se adelantan instintivamente, deseosas de devorar la carne.

Pero Jean le sujeta con delicadeza, tomando el trozo con sus dedos. Lo acerca a la boca de Tony, alimentándolo con paciencia. Él cierra los labios sobre la carne y muerde con fruición, gimiendo de placer.

Masticar es un deleite para Tony en su estado. Pide más entre bocados, queriendo llenar su estómago hasta reventar. Jean accede complacido, alimentándolo con destreza.

Mientras Tony come, sus ruidos de digestión se hacen presentes. El gorgoteo de su panza, los eructos que escapan de su boca sin pudor. El sonido parece excitar a Jean, quien le acaricia distraído el abultado vientre.

Poco a poco, Tony va llenando su enorme barriga. Cada mordisco es éxtasis puro para él. Disfruta del ritual de la alimentación extrema, permitiéndose hundir en la más absoluta glotonería.

Tony come vorazmente, casi sin masticar, demasiado hambriento para detenerse a saborear. Sus enormes manos acarician distraídas su abultado vientre, que va creciendo más y más a cada bocado.

De pronto, Jean se detiene y acaricia su panza con ternura.

• Tus tripas rugen fuerte, cariño. Se nota lo lleno que estás - dice con una sonrisa.

Tony eructa sonoramente, casi sin aliento. Siente cómo su estómago está al máximo límite de su capacidad. Lucha por tragar el último trozo, su panza completamente distendida y tiesa. Tony: "Un grito de placer sale de sus labios, y se inclina hacia adelante, con la cabeza entre las piernas, disfrutando del estómago lleno" ¡Ay, qué maravilla! ¡Mi barriga está a punto de explotar!

Tony acaricia su enorme vientre hinchado y distendido, gimiendo de placer. Casi no puede respirar de lo abultado que está, pero ha valido la pena cada bocado.

Jean se acerca y besa su panza con ternura, hablando contra su piel caliente y sudorosa:

• Nuestro hijo demonio debe estar creciendo plácidamente ahí dentro, entre toda esta carne. Ya debe haber engordado varios kilos sólo esta noche.

Tony suelta una risita nerviosa y placentera. La mera idea de tener un ser incubándose en su interior, alimentándose vorazmente de su propia grasa, le excita sobremanera.

• Quizás esté tan lleno que ni siquiera quepa más comida... Tendremos que pensar en otro método para seguir alimentándolo - musita Jean, acariciando sugerentemente sus enormes tetas.

El glotón gime roncamente, su panza completamente dura e inmensa. Se siente el ser más afortunado del mundo.

Tony yace boca arriba, completamente inmóvil e hincha do por la voraz comida. Su enorme y abultado vientre se levanta prominente, tensa su piel hasta el límite.

Jean se aproxima lentamente y hunde su nariz en el ombligo de Tony, inspirando hondo.

• Huele intenso... a carne, grasa y sudor. El aroma de la glotonería extrema - musita, embriagado.

Lame perezosamente el contorno de su ombligo, saboreando el sabor salado en su lengua. Tony suelta un gemido gutural, excitado a pesar de su estado. Observa cómo Jean juguetea traviesamente en su abdomen, acariciando y masajeando cada centímetro con devoción.

• Puedo oler el banquete que albergas dentro... - Inspira hondo una vez más, cerrando los ojos-. Y el monstruo que crece dentro también huele bien, jeje.

Tony ronronea roncamente, demasiado lleno incluso para moverse. Disfruta de las atenciones sobre su panza colosal, entregándose por completo a la sensual estimulación.

-Ahh, tu ombligo tiene un aroma tan intoxicante... - dice Jean, embelesado-. Huele a excitación, a placer carnal... a todo lo que más me gusta.

Acaricia con ternura el contorno de la hinchada barriga de Tony, disfrutando de su textura sudorosa y el inmenso tamaño que ha alcanzado.

-Cuando hundes la nariz ahí y aspiras... es como si pudiera oler directamente todos tus pecaminosos deseos -continúa, hablando en un susurro ronco-. Huele a glotonería extrema, a voracidad sin límites... Todo lo que eres se concentra en ese pequeño agujero.

Lame perezosamente alrededor de su ombligo, saboreando el sudor. Tony suelta un gruñido gutural, excitado a pesar de su hinchazón.

-Además, sé que te encanta... -continúa Jean, travieso-. Sé que te pone caliente que acaricie y lamí cada centímetro de tu sobresaliente panza. Así que no me prives de ese dulce manjar, cariño. Déjame deleitarme con tu aroma.

Jean sonríe pícaramente y vuelve a hundir el rostro en el enorme vientre de Tony, inhalando profundamente.

• Mmmhh, tienes razón amor, hueles a algo más... - ronronea, acariciando la sudorosa panza-. Huelo un sutil toque a ano sucio y caliente en tu ombligo...

Aspirar allí es como recibir una bocanada directa del olor de tu culo después de varios días sin limpiarlo. Un aroma fuerte y varonil, que me enloquece.

-Apuesto a que esa gran panza tuya no te deja bañarte como es debido - continúa, travieso-. Así que todo tu aroma corporal natural se concentra allí... Incluyendo ese delicioso olor a ano usado que tanto me vuelve loco.

Lame perezosamente alrededor del ombligo, saboreando el intenso sabor a transpiración y otra cosa más. Tony suelta un gruñido gutural de placer, estremeciéndose bajo las atenciones de Jean.

-Me encanta oler todo lo que eres cuando hundo mi nariz en tu ombligo, bebé. No pares de engordar y de alimentarme con tu sucio aroma.

Jean nota cómo la enorme barriga de Tony se tensa y estremece bajo sus atenciones. Sonríe con lascivia, acariciando la sudorosa y tensa piel.

-Parece que alguien está a punto de estallar... - ronronea, clavando la mirada en el sonrojado rostro del gordo-. Tu panzota se siente tan llena y tensa. Apuesto a que cada movimiento te provoca un increíble placer, ¿verdad cariño?

Aprieta juguetonamente la hinchada panza con ambas manos, masajeando la tensa piel y haciendo gemir a Tony. El intenso tamaño y calor que desprende su barriga son una invitación a la lujuria.

-Dime, ¿ya no puedes más? - susurra Jean, malicioso-. ¿Vas a reventar de una buena vez si sigo tocando y apretando tu sobresaliente panza? Quiero ver cómo explotas de placer, cariño. Déjate llevar...

Lamia y muerde el contorno del ombligo con avidez, manteniendo una mano sobre la tensa barriga y masajeándola con fuerza. Quiere empujar a Tony al límite del éxtasis a través de su más grande atributo.

Jean sonríe con malicia ante las palabras de Tony.

-Así que te gusta cuando apretamos tu gran pancita, ¿eh cariño? - ronronea, posando ambas manos sobre la tensa y húmeda piel-. Pues voy a darte todo lo que desees...

Aumenta la presión de las caricias, masajeando con fuerza la abultada barriga. Sus manos se hunden en la blanda y caliente carne, provocando intensos estremecimientos en Tony.

-Dime si necesitas más -susurra lascivo, observando el rostro contraído por el placer del gordo-. Quiero oírte gemir y suplicar por más pres

Jean traga saliva con deseo ante las palabras de Tony. La simple idea de llenar su inmenso vientre y ayudarle a crecer aún más le enloquece.

-Tienes razón, papi -asiente, acariciando el abultado ombligo-. Para que tu panza explote necesita una buena dosis de mi leche.

Se desabrocha el pantalón con prisa, sacando su duro y humedecido miembro. Se posiciona entre las piernas de Tony y frota su punta contra el dilatado ombligo, arrancando jadeos de placer en ambos.

-Ahora mismo voy a preñarte con toda mi

Jean gime con fuerza cuando siente las manos de Tony aferrarse a su miembro. El gordo lo masturba con maestría, sabiendo muy bien cómo sacarle todo el semen.

-Ahhh, sí papi...qué bien se siente -jadea, cerrando los ojos brevemente ante las vibrantes sensaciones-. Eres el mejor dándome placer.

Apoya las manos a ambos lados de la gran barriga, empujando su pelvis para frotarse con más ímpetu contra el experto agarre. Quiere correrse cuanto antes dentro del dilatado ombligo, imaginando cómo se hinchará aún más el abultado vientre con su leche

Jean gime con fuerza al sentir su hinchada punta hundirse en la húmeda cavidad del dilatado ombligo. El interior es cálido y aprieta su glande con intensidad.

-¡Joder, Tony! -gruñe, comenzando a embestir con vigor-. Tu ombligo se siente irresistible... me corro ya mismo.

Aferra con fuerza las inmensas carnes de la barriga, marcando con sus dedos la piel estirada. Las acometidas se vuelven erráticas, salvajes, buscando el ansiado orgasmo.

De pronto, un potente espasmo le recorre. Eyacula a chorros dentro del ombligo, llenándolo por completo con su dense semen. Gime extasiado, imaginando la pancita crecer aún más gracias a su leche.

Jean gime frustrado al correrse tan rápido. Quiere darle más placer a Tony y satisfacer su insaciable apetito.

Se relame los labios con lujuria y asiente. -Tienes razón, papi. Aún no he terminado contigo.

Comienza a masturbarse lentamente, arrancando suspiros de ambos. Frota su glande hinchado contra los bordes del dilatado ombligo, sintiendo los espasmos que aún le recorren.

-Dime qué es lo que más te gusta -ronronea entre jadeos-. Qué te haga explotar de placer despacio.

Aumenta el ritmo de las caric

Jean gime con fuerza al sentir que puede introducir un poco más su gran glande dentro del dilatado ombligo de Tony.

Lentamente va empujando su cadera, intentando ir más allá del fondo de la cavidad. La presión es casi dolorosa pero le enloquece por completo.

-Ahhh papi, tu ombligo me aprieta tan rico -jadea, embistiendo suavemente-. Quiero caber entero aquí dentro...

Con cada empellón logra introducir un poco más su hinchado y palpitante miembro. La fricción le provoca oleadas de placer que recorren su cuerpo.

Mantiene un ritmo pausaado y profundo, disfrutando la estrechez que le envuelve. Desea correrse de nuevo dentro, llenándolo hasta reventar. Sus gemidos se mezclan con los de Tony, embriagados de lujuria.

Jean suelta un potente alarido al sentir que el estrecho ombligo cede por completo, engullendo su grueso y palpitante miembro.

-¡Joder, Tony, me has tragado entero! -grita extasiado, comenzando a embestir con fuerza.

La sensación es abrumadora, nunca antes había estado tan profundo. La carne cálida y húmeda le aprisiona con voracidad, estrujándolo con cada acometida.

El sonido húmedo de sus testículos chocando contra la barriga retumba en la estancia. Aferra con fuerza los enormes rollos de grasa, marcando la piel con sus dedos.

Sigue arremetiendo sin control, como un animal en celo. Sabe que no podrá aguantar mucho más al sentir que su próstata es estrujada.

-¡Me corro, papá! -grita con la voz entrecortada. Un último embiste y eyacula a chorros, llenando por completo el receptáculo que lo engulle. Se derrumba agotado, still enterrado en el interior.

Jadeante, Jean intenta recuperar el aliento dentro del apretado refugio que lo acuna. De pronto, siente que la carne que la rodea ejerce una deliciosa presión en su miembro semierecto.

Gime sorprendido al comprender que Tony controla los músculos de su interior. -Oh, papi... Eso se siente tan bien...

Comienza a masajearlo lentamente, ora apretándolo con fuerza, ora relajándose para dejarle espacio. Jean está seguro de que volverá a ponerse duro en cuestión de segundos.

-Me vuelves loco cariño... -susurra con devoción. Lleva una mano hacia abajo para acariciar su enorme panza, notando cómo se contrae bajo su palma respondiendo a sus estimulaciones internas.

Disfruta de las expertas caricias que le prodiga su amante desde el interior, sintiéndose envuelto por su cálido y húmedo abrazo. Gime con suavidad, rindiéndose ante el placer que le provoca su dueño.

Con delicadeza, Jean desliza sus manos por la blanda y abultada panza de su padre, sintiendo la tersa piel estirarse bajo sus dedos.

Masajea en círculos la enorme curva que forma su protuberante vientre, acariciando la gran bola que se forma justo debajo del ombligo.

La palpa con suavidad, notando la densa masa de grasa que subyace. Luego introduce un dedo en el hoyito, sintiéndolo cálido y acolchonado alrededor.

-Te amo papá, eres tan gordo y hermoso -murmura con devoción. Sigue masajeando la zona, presionando aquí y allá para amasar toda la abundante carne.

Tony ronronea de placer, mantequilla derritiéndose bajo sus expertas caricias. Se arquea buscando más contacto, ofreciéndole toda su voluptuosa anatomía.

Es el paraíso sentir las hábiles manos de su hijo explorando cada rincón de su exuberante corpulencia. Ansía fundirse en un abrazo de grasa con el amor de su vida.

Con el paso de los meses, la panza de Tony no hacía más que hincharse hasta alcanzar proporciones descomunales. Cada día parecía estar aún más gordo y blando.

A pesar de ello, Jean no se cansaba de manosearlo, masajearlo y mimarlo con locura. Amasaba su enorme vientre lleno de grasa hasta dejarlo terso y brillante como un globo a punto de estallar.

Tony ya casi no podía moverse, reducido a un montículo de carne que apenas cabía en el sofá. Aun así disfrutaba como un niño de los mimos de su amante, ronroneando con los ojos entrecerrados.

Una mañana, cuando Jean fue a acariciarlo como siempre, notó con asombro que la panza había adquirido una consistencia casi sólida, dura como el cemento.

Apenas se hundía bajo la presión de sus manos, tensa y rellena hasta el límite de su capacidad. Intercambiaron una mirada de asombro y deseo, anticipando el inevitable final.

La obesidad de Tony había alcanzado cotas insospechadas. Solo era cuestión de tiempo para que su extasiada carne no pudiera resistir más...

Con voz ronca y jadeante, Tony le habló a su amado hijo:

-Jean...mi niño...ponte una última vez en mi ombligo. Ya no puedo más, pero quiero sentirte antes de estallar.

Jean obedeció con devoción, arrodillándose frente a la enorme montaña de grasa que era el cuerpo de su padre. Con delicadeza, se acomodó sobre la abultada panza, hundiendo el rostro en el ombligo hinchado.

Era casi una alberca llena de carne, cálida y blanda. Jean gimió extasiado al hundirse en ella, respirando agitado el potente olor que emanaba.

Tony dejó escapar un gruñido gutural. Podía sentir cada centímetro del cuerpo de su hijo apretado contra su panza hipertrofiada. El esfuerzo era sobrenatural.

De repente, un estallido ensordecedor retumbó en la habitación. La piel de Tony no pudo resistir ni un segundo más la obesa carga que llevaba dentro.

La panza se desgarró con un crujido húmedo, derramando litros y litros de grasa y vísceras que empaparon a Jean. El chico quedó sepultado en los blandos restos de su difunto padre, alcan

Aunque Tony sabía que su enorme barriga rebasaba los límites de lo soportable, en sus últimos momentos quiso hacer un esfuerzo sobrehumano por contenerla.

Con los ojos desorbitados por el dolor y el esfuerzo, apretó con todas sus pocas fuerzas los músculos de su panza, que crujían a punto de reventar. Las venas de su frente y cuello se marcaban de forma terrorífica.

Jean observaba conmocionado los heroicos intentos de su padre por aguantar un segundo más sin estallar. La grasa palpitaba bajo la tensa piel como si fuera a salir despedida en cualquier instante.